Rescate. Jason Kessler, organizador de una manifestación, fue expulsado ayer después de una rueda de prensa en el Ayuntamiento de Charlottesville, Virginia, Estados Unidos.
EE.UU..- Las autoridades de Virginia llamaron a la «unidad» y pidieron a los extremistas que salieran del estado, un día después de la violenta jornada en Charlottesville que dejó tres muertos y forzó al presidente Donald Trump a apuntar directamente a los supremacistas blancos.
«El presidente dijo con mucha contundencia que condena todas las muestras de violencia, fanatismo y odio», indicó la Casa Blanca en un comunicado, firmado por un portavoz que pidió el anonimato.
«Y por supuesto, eso incluye supremacistas blancos, el Ku Klux Klan (KKK), neonazis y todos los grupos extremistas», agregó la nota difundida un día después de las declaraciones del gobernante.
La Casa Blanca trataba así de encarar las acusaciones de tibieza del presidente respecto de los extremistas de derecha, ya que en su intervención criticó de manera vaga la violencia de «múltiples partes».
Aunque calificó de «terrible» lo sucedido este sábado, Trump no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraba David Duke, exlíder del KKK, y algunos de los cuales portaban esvásticas nazis.
Hoy, el alcalde de Charlottesville, Mike Signer, aseguró que el atropello de un grupo de opositores a la marcha, donde falleció una mujer de 32 años y más de 20 resultaron heridos, fue «un acto de terrorismo» y apuntó directamente a la agresiva retórica de Trump.
«Miren la campaña electoral que llevó (el presidente)», dijo Signer en varias entrevistas en cadenas nacionales durante la jornada.
En una intervención en la iglesia Baptista de Charlottesville, el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, identificó a la víctima mortal del atropello como Heather Heyer, de 32 años y residente en la ciudad.
Asimismo, dos funcionarios de la policía estatal de Virginia murieron al estrellarse el helicóptero en el que viajaban mientras vigilaban las protestas en la ciudad.
Las escalofriante imágenes de video captadas por testigos muestran cómo un auto deportivo embiste a gran velocidad contra un grupo de opositores a la concentración supremacista y luego trata de huir marcha atrás.
Finalmente, y gracias a las fotografías, la policía local dio con el responsable del mortal atropello, James Fields Jr, blanco, natural de Ohio y de 20 años, quien se encuentra detenido en la prisión local a la espera de juicio por asesinato.
Al Thomas, jefe de policía de Charlottesville, aseguró que el atropello fue «premeditado», y posteriormente han salido imágenes de Fields en varias reuniones de grupos supremacistas.
«Váyanse a casa y que la vergüenza caiga sobre ustedes», dijo McAuliffe ante los congregados en la iglesia el domingo.
El casco histórico de la ciudad mostraba hoy un sombrío silencio y en el lugar del atropello los paseantes dejaban flores en muestra de respeto a las víctimas.
Por su parte, en el Emancipation Park se mantenía la estatua del general confederado Robert Lee, rodeada por fuertes medidas de seguridad, ya que fue el lugar donde comenzaron los enfrentamientos.
La decisión de las autoridades locales de retirar la estatua de Lee, considerado un símbolo de la defensa de la esclavitud y el racismo, originó la protesta organizada por los grupos supremacistas blancos que lo consideraban una afrenta al legado sureño.
Duke, el exlíder del KKK, ofreció un inquietante recordatorio al presidente estadounidense en un mensaje de Twitter.
«Le recomendaría que se echase un buen vistazo en el espejo y recordase que fueron los blancos estadounidenses quienes le llevaron a la Presidencia, no los izquierdistas radicales», subrayó Duke en réplica a la condena de Trump.