Legislativo chipriota rechazó el impuesto extraordinario sobre los depósitos bancarios propuesto por la troika. (Foto: lainformacion.com)
El Parlamento de Chipre continúa este viernes retrasando el voto que comprende una serie de medidas con las que se pretende reunir cinco mil 800 millones de euros (siete mil 500 millones de dólares) que exige la troika, a cambio de un rescate de 10 mil millones de euros (12 mil 931 millones de dólares) para poder recapitalizar los bancos chipriotas. Entre tanto la retirada de efectivos del pueblo disminuye ante la crisis financiera.
Los parlamentarios tendrían que votar por un «plan B», que consiste en una serie de leyes que, entre otros, contemplan la creación de un Fondo Nacional de Solidaridad y la restricción del movimiento de capitales.
Ese plan alternativo también podría significar la liquidación de Laiki Bank, el segundo banco del país. El Gobierno chipriota ha reiterado que los ahorros hasta 100 mil euros (129 mil 312 dólares) están asegurados, pero los que superen esa cifra podrían sufrir hasta un 40 por ciento de quita en caso de liquidación del banco.
Chipre «tiene que decidir si la semana próxima será una economía arruinada en el euro, o una economía arruinada fuera del euro», expresó un funcionario europeo.
Mientras tanto, en las calles de la nación más pequeña de la zona euro el nerviosismo de los ciudadanos ha ido en aumento ante el posible cierre de Laiki, por lo que muchos clientes se apresuraron a sacar dinero de los cajeros.
En medio de esta inquietud, el Laiki Bank publicó un comunicado informando de que para mejorar el servicio de los clientes y ante la gran demanda de efectivo, el límite de retirada de dinero de los cajeros queda de momento en 260 euros diarios (336 dólares), en lugar de los mil (mil 293 dólares) habituales.
La troika, formada por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE), quiere ya controles de capitales para evitar una masiva fuga de euros de Chipre.
La Comisión Europea ha reiterado que, según los tratados europeos, Chipre puede aplicarlos en caso de necesidad. Además, quiere que Nicosia (capital) reestructure toda su banca y no se contenta con la liquidación de Laiki.
En la mañana de este viernes, la canciller alemana, Angela Merkel, previno al Gobierno de Chipre que mejor deje de «abusar de la paciencia de sus socios de la zona euro», presente un plan creíble y «ni se le ocurra nacionalizar los fondos de pensiones».
Asimismo, enfatizó que «el modelo de negocio de la economía chipriota está muerto».
La advertencia de Merkel llega un día después del ultimátum del Banco Central Europeo, que dio a Chipre hasta el lunes próximo para aceptar el rescate o desenchufará la manguera que mantiene con vida a los bancos de la isla mediterránea, abocando así al país al default y la salida del euro.
El Eurogrupo reiteró su «oferta de rescate” a Chipre por 10 mil millones de euros a cambio de la aplicación de «ambiciosas medidas» económicas que incluyen recortes, nuevos impuestos y privatizaciones, justo después de que el Parlamento chipriota rechazará la propuesta de forma unánime.
El Legislativo chipriota rechazó específicamente el impuesto extraordinario sobre los depósitos bancarios, cuyo objetivo es recaudar los siete mil millones de dólares que pide la Troika a cambio de entregar un “salvataje económico” y evitar la quiebra del país.
Esta propuesta fue recibida con masivas protestas sociales y el Parlamento no vio otra opción que rechazarla con 36 votos en contra, 18 abstenciones y ninguno a favor.
Chipre, el único país que hasta ahora se ha atrevido a votar contra una decisión de la troika, se une a un selecto grupo de naciones que han solicitado la intervención de la Unión Europea (UE) para poder recapitalizar sus bancos, junto a Grecia, Irlanda, Portugal y recientemente, España.
Con tan sólo 1,1 millones de habitantes, esta nación desarrolló un sector financiero hipertrofiado y muy expuesto a Grecia que, junto al turismo, constituyó durante años su principal motor de crecimiento.