Condecoraciones al por mayor y a ciegas

Como se ven las cosas, uno llega a creer que en algunos países desarrollados hay suficiente flujo de información como para formarse una idea general de lo que acontece puntualmente en otras naciones.

Pero cuán equivocados vivimos!

Imagínese el  lector cuán despistados andan los canadienses que  condecorando al hombre responsable del más extendido y grueso festival de corrupción que ha vivido el país en centurias.

Hay que vivir para ver lo último.

Llenan de elogios el desempeño de un hombre- Leonel Fernández- que le dio un nuevo estatus a la corrupción estatal hasta el grado de convertir a gente casi en la indigencia en una nueva casta de millonarios que hasta hablan con enorme arrogancia y desparpajo.

Es increíble lo que sucede hoy día.

Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón, como dice el tango que inmortalizara Gardel.

Cualquiera es condecorado en cualquier lugar del mundo.

Juan Bosch crece con el tiempo, como una planta orlada de eternidad, debido a que se resistió a cogerse lo ajeno.

Pero no todos sus discípulos se le pueden parar ni de lejos.

Les queda demasiado grande.