El desconcierto reina entre los habitantes de los sectores Los Guandules y La Ciénega, luego de la decisión del Gobierno de sustituir la construcción de viviendas por una compensación económica en el proyecto Domingo Savio.
Por un lado, los moradores de Los Guandules (con excepciones) condicionan su salida de la zona vulnerable del río Ozama a la entrega de dinero suficiente para adquirir una vivienda digna; mientras que la mayoría de los habitantes de La Ciénaga, también ubicada en la franja vulnerable, se muestran renuentes a dejar sus casas y advierten que solo saldrán si el Gobierno los traslada a otro lugar, como sucedió en La Barquita, programa que contempló la reubicación de más de 1,400 familias de las márgenes del Ozama hacia un proyecto habitacional dotado de equipamiento sociales.
De acuerdo con un levantamiento anunciado por el coordinador del Consejo de Organizaciones Fe y Base Comunitaria de La Ciénaga, cerca del 70 por ciento de los residentes en este sector quieren “casa x casa”. Es decir, rechazan compensación económica por la desocupación del terreno, como ha propuesto recientemente la Unidad Ejecutora para la Readecuación de La Barquita y Entornos (Urbe) en nombre del Gobierno. Un equipo de elCaribe recorrió ayer los estrechos callejones de La Ciénaga y Los Guandules para conocer el sentir de las personas, cuyas viviendas serán derribadas para dar paso a la construcción de un parque fluvial en el área. “Yo no quiero dinero, yo lo que quiero es mi casa. Ojalá vengan ahora mismo con un camión a mudarme y a llevarme para Haití, pero para un rancho”, dijo Adelina del Carmen, quien tiene 77 años de edad, de los cuales 25 los ha vivido en una humilde vivienda de La Ciénaga, hoy destinada a la demolición.
La misma preocupación embarga a su vecina, Carmen Florentino, quien lleva casi 40 años en el sector, y no cree que el Gobierno vaya a entregarle una suma de dinero que alcance para comprar una casa digna. Y es que la decisión del Gobierno de echar para atrás la construcción de viviendas a 1,400 familias en Domingo Savio, tras declarar una parte de la zona habitada no apta para construcciones, ha generado decepción e incertidumbre en La Ciénaga, sector que se prepara para emprender un plan de lucha, que inicia hoy con una marcha a las 10:00 de la mañana.
A diferencia de La Ciénaga, elCaribe pudo percibir que los residentes de Los Guandules muestran una actitud más conformista. Muchos de sus habitantes están dispuestos a negociar si el Gobierno les oferta una cantidad de dinero que les permita “buscar para donde irse”.
Aquí, la casa de Mirian Alcántara fue marcada con el número 79 en color naranja, práctica que se realiza en las viviendas destinadas a la demolición en planes de desalojo.
La señora, de 59 años, que ocupó la casa en 1982, está dispuesta a abandonarla si el Gobierno le garantiza los recursos económicos para salir de la zona de riesgo. A pocos metros de esta vivienda vive José Pérez, quien al preguntársele sobre los cambios de planes del Gobierno, dijo: “Que nos den el dinero y que nosotros compremos donde queramos”. En tanto, la inquilina María Esther Montero espera una ayuda económica estatal para mudarse junto a su hijo, por cuyo alquiler paga mensualmente RD$1,000. El pasado viernes, Urbe presentó el informe del estudio realizado en Domingo Savio, cuyos resultados arrojan que “para un período de retorno de 50 años, el 67% de la franja bajo estudio se encuentra en riesgo de inundación y peligrosidad sísmica, por lo que se ha decidido declarar la zona como suelo no urbanizable”.
Decisión
Estudio. El Gobierno declaró territorio no urbanizable una franja de 270 mil metros cuadrados en el sector Domingo Savio.
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