El diputado Nelson Marmolejos acaba de declarar que no tiene nada que ver con la red de narcotráfico en el que se le involucra, pero ofrece un detalle que contradice lo planteado públicamente por el secretario Administrativo de la Presidencia y presidente del PRM, José Ignacio Paliza, en el sentido de que el que esté imputado en el escandalo debe responder ante la justicia.
Esa declaración de Paliza se contradice con lo dicho por Marmolejos en el sentido de que en una reunión del Partido Revolucionario Dominicano (PRM), se le impuso que no hable sobre el particular, lo cual quiere decir que esta organización ha armado una especie de estrategia para defender a los legisladores imputados y que son miembros o dirigentes del mismo.
Otro elemento que se agrega a la investigación es el hecho de que la distribuidora de energía Edenorte Dominicana envió una sobrecarga de electricidad al Palacio de Justicia de Santiago que provocó varios apagones y daños, lo cual no es atribuido por el Ministerio Publico a una casualidad en virtud de que en ese momento se desarrollaban trabajos relacionados con el caso Falcon.
Las sospechas sobre lo ocurrido si se asocia a lo dicho por Marmolejos se puede colegir que el PRM le ha dado algún manejo al asunto, aunque el diputado involucrado no explica si habla de la dirección de su partido en el municipio de Santiago o de la nacional, cuya sede es en Santo Domingo.
Sin embargo, lo ocurrido en el Palacio de Justicia genera serias preocupaciones en torno al manejo que le da el PRM a la Operación Falcón, sobre todo si se parte del hecho de que quien dirige a Edenorte es el presidente del partido de Gobierno en el municipio de Santiago, el ingeniero Andrés Cueto, donde precisamente tiene su principal lugar de operación la red de narcotráfico.
En el curso de las horas se agregan elementos muy preocupantes como el de la suspensión de un ejecutivo del departamento de lavado de activos de la Procuraduría General de la República por supuestamente servir desde ese cargo público a narcotraficantes.
Ahí podría estar la explicación de que los capos perseguidos logren desaparecerse cuando se producen los allanamientos, porque son informados por personas que trabajan en el sistema de justicia y en los cuerpos castrenses, así como en la Policía Nacional.
La situación planteada con esta poderosa red de narcotráfico es de una gran preocupación para el Estado, ya que nadie tiene dudas de que todo el andamiaje legal ha sido permeado por los que se mueven en el bajo mundo.
De acuerdo a lo que ha trascendido habrán muchas más sorpresas en lo que respecta a la cantidad de legisladores y políticos involucrados con los negocios del bajo mundo.