Contundente Expresión de Amor por su Patria.

Por Elba García

Consistentemente el dominicano del exterior no deja ninguna duda del amor que siente por su patria.

En vez de bajar su aporte a la sobrevivencia de su país, cada día aumenta para convertirse en el segundo protagonista más importante de la economía nacional.

El desprendimiento del que se ha ido del país por el mal trato recibido, ofrece una respuesta que no tiene comparación en lo que respecta de todo el que ama lo suyo.

Podría decirse que el país no ha pasado por una crisis económica peor por el papel jugado por el dominicano que ha huido de su tierra porque los grupos que se apropian de todo no le han permitido vivir en su lar nativo.

Es encantador ver que mientras los dominicanos que viven fuera más los golpean, principalmente en los Estados Unidos, mayor es el esfuerzo para que sus familias no sufran los rigores del alto costo de la vida y la mala suerte de tener un país del tercer mundo donde todo lo que brilla no es oro.

El Gobernador del Banco Central se siente lleno de orgullo cuando anuncia al país que las remesas aumentan como la espuma, mientras no se hace nada para favorecer a un capital social que enriquece la República Dominicana.

El profesor Juan Bosch, ese prohombre que enorgullece el gentilicio por su honestidad y sus aportes a su país, proclamó que la mejor exportación que ha hecho la nación han sido los dominicanos que han emigrado hacia el exterior.

Para medir el real valor del aporte de las remesas enviadas por los dominicanos que viven fuera, sólo hay que partir del hecho de que la República Dominicana ha pasado de una economía de exportación a una de importación, lo cual quiere decir que sólo con divisas se cumple con los compromisos que se asumen a través de la balanza de pagos.

Lo propio hay que decir que el hecho de la Republica Dominicana tener una balanza comercial en desventaja con muchos otros países, habla claro de que sólo el turismo y las remesas de los dominicanos que viven fuera ayudan a la nación a cumplir con sus compromisos internacionales.

La pandemia del Covid-19 fue una brillante oportunidad para conocer la grandeza del dominicano del exterior a pesar de las agresiones que se producen en su contra en el consulado general de la Republica Dominicana de Nueva York, que sólo sirve para enriquecer a determinados politiqueros que se llenan los bolsillos de dólares con la aplicación de tarifas abusivas en contra de su propia gente, lo cual se repite gobierno tras gobierno.