AFP
NACIONES UNIDAS. Un alto enviado de la ONU dijo el martes a su regreso de Pyongyang que funcionarios de Corea del Norte consintieron en la necesidad de prevenir una guerra pero no ofrecieron ninguna propuesta concreta de conversaciones.
“Aceptaron que era importante prevenir una guerra”, dijo Jeffrey Feltman, subsecretario general de Asuntos Políticos de la ONU, a periodistas tras informar al Consejo de Seguridad sobre su viaje de cuatro días a Corea del Norte.
Feltman se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-Ho, y el viceministro de la misma cartera, Pak Myong-Kuk, durante su visita a Pyongyang del fin de semana, la primera realizada por un alto funcionario de la ONU desde 2010.
No se acordó ninguna reunión de seguimiento en las conversaciones, pero Feltman contó que les dijo a los norcoreanos que su visita debería ser vista como “solo el comienzo” de un nuevo intercambio.
“Escucharon seriamente nuestros argumentos”, afirmó Feltman, aunque reconoció que “en ese momento no nos ofrecieron ningún tipo de compromiso”.
“Creo que tienen que reflexionar sobre lo que dijimos con su propio liderazgo”, agregó.
El funcionario de la ONU sostuvo que instó a Pyongyang a “señalar que estaba preparado para considerar un compromiso” con las potencias mundiales y que las Naciones Unidas podrían ayudar.
“El tiempo dirá cuál fue el impacto de nuestras conversaciones, pero creo que hemos dejado la puerta entreabierta”, dijo.
“Espero fervientemente que la puerta a una solución negociada se abra ahora de par en par”, añadió.
Feltman, un diplomático de carrera que trabajó en el Departamento de Estado, especialmente en temas de Medio Oriente, dijo que su misión a Pyongyang fue “sin duda la más importante” que haya emprendido alguna vez.
El Consejo de Seguridad de la ONU impuso el año pasado tres rondas de sanciones contra Corea del Norte por sus cada vez más poderosos misiles y pruebas nucleares.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, dijo en Washington que su país estaba listo para hablar con Corea del Norte “sin condiciones previas”, alejándose de la insistencia estadounidense de que Pyongyang acepte primero su desarme.