Crímenes por encargo y otras monstruosidades afectan a la sociedad dominicana

El grave y complejo problema de la criminalidad en todas sus modalidades, que siguen estremeciendo a la sociedad dominicana, tiene como  denominadores comunes  el desempleo, la incertidumbre enraizada entre los jóvenes, la ausencia de perspectivas claras sobre el porvenir, la penetración en el país de cárteles internacionales del crimen,  el tráfico de influencias que margina la población pobre, y la indolencia de presuntos líderes que han actuado sólo para sí , sus amigos y cómplices.

Además, hay una pronunciada ausencia de valores referenciales a emular.

Cada crimen sustituye al anterior en su condición grotesca, monstruosa y repulsiva. No hay hecho criminal que no reclame a un beneficiario.

Los neo criminales, casi siempre drogados, se ensañan contra personas inocentes: jóvenes víctimas de secuestros, ancianos  estrangulados y despojados de bienes y hasta niños completamente vulnerables, se ven secuestrados con el mismo tinte criminal, el mismo esquema.

No hay una fórmula sencilla para resolver este grave problema social.

Pero hay pistas importantes, al menos en la comisión de los hechos. Se sabe que hay criminales condenados y en prisión a penas prolongadas que han sido comisionados para cometer estos actos de violencia extrema.

La salida de una cárcel no la puede determinar cualquier persona si no gente con gran peso en los mandos de las prisiones.

Hay diversos testimonios de gente que ha visto a estos criminales montados en yipetas lujosas, camino a cometer un crimen por encargo o habiéndolo cometido ya.

La sociedad dominicana está consternada por estos hechos violentos que no constituyen su modus vivendi.

Algo importante hay que hacer antes de que sea demasiado tarde.