Crisis alimentaria en Haití podría tener impacto en el país

Por Elba García

Las naciones fronterizas se benefician unas de otras, pero también los problemas que afectan los vecinos casi siempre se convierten en un fuerte dolor de cabeza para la nación  receptora de los que huyen del hambre y de las guerras.

Este problema se produce desde Asia hasta el continente europeo, donde la gente de los países más pobres transportan sus precariedades, su insalubridad, su poca educación e incluso hasta su inclinación por la violencia y la delincuencia, así también como aquellas cosas positivas como la vocación al trabajo y la cultura del respeto y el amor.

El problema haitiano siempre está presente en cualquier agenda que desarrollo su vecino, la República Dominicana, porque en realidad se trata de dos hermanos gemelos que lo bueno y lo malo que le ocurre a cualquiera de ellos repercute positiva o negativamente en el otro.

La Organización de las Naciones Unidas acaba de lanzar su voz de alarma frente a la sequía que  afecta a la parte noroeste de Haití, cuya situación  ha llevado a varios organismos internacionales a advertir a la comunidad internacional de que la nación más pobre del hemisferio corre el riesgo de sufrir una gran hambruna.

Esta realidad podría provocar un aumento del flujo migratorio hacia la República Dominicana, la cual no sólo tiene partes malas, ya que muy bien podría ser aprovechada por el país para colocar en ese mercado un por ciento importante de su producción agrícola e industrial.

Sin embargo, este fenómeno podría, sin lugar a dudas, provocar una falta de seguridad alimentaria aguda, lo cual podría traer consigo planes del gobierno dominicano de aumentar su producción para ofertar alimentos a los haitianos.

De lo que no queda ninguna duda es que lo bueno o lo malo que pase en el pueblo haitiano repercutirá positivamente o negativamente en el dominicano, lo cual demanda del diseño de políticas dirigidas a ayudar a el hermano gemelo y al propio tiempo fortalecer la balance comercial y de pagos del país, porque ambos cosas son perfectamente posibles.