El Gobierno de La Habana denuncia que la «lista negra del terrorismo» de Estados Unidos tiene un único propósito, «querer justificar el mantenimiento del bloqueo (económico y comercial), una política fracasada que el mundo entero condena» y exige su fin.
Protesta en Estados Unidos contra actividades terroristas de su Gobierno (Foto: Archivo)
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) rechazó este jueves la “reiterada e insólita” acusación de Estados Unidos respecto a involucrar a La Habana como un «Estado patrocinador del terrorismo internacional», denuncia que calificó como “mentirosa y bochornosa”.
«Nuevamente, esta decisión bochornosa ha sido tomada faltando de manera deliberada a la verdad e ignorando el amplio consenso y reclamo explícito de numerosos sectores de la sociedad estadounidense y de la comunidad internacional para que se ponga fin a esa injusticia», señala un comunicado oficial.
En ese sentido, la Cancillería cubana expone que el único propósito de este ejercicio desprestigiado es “querer justificar el mantenimiento del bloqueo, una política fracasada que el mundo entero condena”, en referencia al bloqueo económico y comercial que Washington impone sobre la Isla desde hace más de medio siglo.
La Habana denuncia también que la lista busca “complacer a un grupo anticubano, cada vez más pequeño, apuntalando una política que ya no tiene sustento y que ni siquiera representa los intereses nacionales de Estados Unidos, ni de la población estadounidense y ni tampoco de la mayoría de los emigrantes cubanos residentes en ese país.
“El Departamento de Estado insiste en mantener esa designación arbitraria y unilateral, a pesar del desplome total de las acusaciones ridículas y de los argumentos endebles que tradicionalmente ha utilizado en los últimos años como excusas para ello”, sostiene el texto cubano.
En ese contexto, La Habana defiende que aunque hay presencia en Cuba de algunos fugitivos de la justicia estadounidense, “ninguno de ellos ha sido acusado de terrorismo».
Otro argumento que utiliza Washington es que Cuba acoge a militantes vascos de ETA, desconociendo que esto respondió a una solicitud de los Gobiernos involucrados en el tema.
Asimismo, la Casa Blanca alega que miembros de la guerrilla de Colombia viven en Cuba, “una acusación absurda, pues desde el 2011 esta nación acompaña, como garante, el proceso de paz en Colombia”.
“El territorio de Cuba nunca ha sido utilizado y nunca se usará para cobijar a terroristas de ningún origen, ni para organizar, financiar o perpetrar actos de terrorismo contra ningún país del mundo, incluyendo los Estados Unidos”, puntualiza también el comunicado.
Añade que el Gobierno cubano “rechaza y condena, inequívocamente ,todo acto de terrorismo, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia y cualesquiera que sean las motivaciones que se aleguen”.
EE.UU. terrorista
Por el contrario, Cuba denuncia que el Gobierno de EE.UU. emplea el “terrorismo de Estado” como un arma contra países que desafían sus intereses, causando numerosas muertes en la población civil.
La Habana recordó que desde su vecino del norte se han utilizado aviones no tripulados para perpetrar ejecuciones extrajudiciales de supuestos terroristas, incluso estadounidenses, causando así la muerte de cientos de civiles inocentes.
De igual manera, la Isla acusa a Washington por ser históricamente “refugio de terroristas y asesinos confesos de origen cubano”, entre ellos Luis Posada Carriles, autor intelectual del primer atentado terrorista contra la aviación civil en el Hemisferio Occidental.
“Posada vive libre y tranquilamente en Miami, mientras Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González permanecen encarcelados injustamente por luchar contra el terrorismo en Estados Unidos, acusados de delitos que no cometieron”, indica la nota oficial, en referencia a los cuatro antiterroristas cubanos.
Por último, la Cancillería señala que Cuba ha sufrido durante décadas las consecuencias de actos terroristas organizados, financiados y ejecutados desde el territorio estadounidense, con un saldo de tres mil 478 muertos y dos mil 99 discapacitados.
«El Gobierno cubano no reconoce al Gobierno de los Estados Unidos la más mínima autoridad moral para juzgarlo», concluye el documento circulado en La Habana.