Autoridades temen que la violencia sectaria se propague por otras regiones de Birmania. (Foto: EFE)
El presidente de Birmania, Thein Sein, declaró este viernes estado de excepción en la región central de país en el tercer día de disturbios entre budistas y musulmanes, que han dejado al menos 20 muertos y cerca de ocho mil desplazados.
Según el comunicado presidencial divulgado por la televisión estatal, la medida había entrado en vigor en las localidades de Meiktila, Wandwin, Mahlaing y Thazi, pertenecientes a la división de Mandalay y situadas a un centenar de kilómetros de la capital, Naypyidaw.
Con esta medida, el Gobierno birmano le da poderes reforzados al Ejército para que puedan intervenir, restablecer el orden y garantizar la seguridad en las poblaciones afectadas por los enfrentamientos entre ambas religiones.
Durante los disturbios, que se extendieron significativamente, barrios enteros y numerosas mezquitas resultaron devastados por el fuego. Las calles estaban en manos de gente armada con palos y cuchillos, según informó una agencia internacional de noticias.
La prensa reportó que los enfrentamientos comenzaron el pasado miércoles en la ciudad de Meiktila a raíz de una pelea entre propietarios musulmanes de una tienda de venta de oro y varios clientes budistas.
Funcionarios birmanos citados por la radio estatal informaron que varios cientos de familias musulmanas han buscado refugio en el estadio deportivo de Meiktila y otras tantas de religión budista en las pagodas (edificio de herrero) de la ciudad, en la que tras tres días seguidos de violencia comienzan a escasear los alimentos de primera necesidad a causa de la ruptura de la cadena de abastecimiento.
El Gobierno que preside Thein Sein intentó controlar la situación con la imposición del toque de queda, pero los altercados continuaron este jueves y se extendieron a las otras tres localidades.
Las autoridades temen que la violencia sectaria se propague por otras regiones de Birmania, país con 60 millones de habitantes de los que el 89 por ciento son budistas, un cuatro por ciento musulmanes y resto de otras religiones.
En junio y octubre del año pasado también ocurrieron disturbios de origen sectario en el estado de Rakhine, colindante con Bangladesh, y que causaron la muerte de 163 personas y desplazaron a otras 100 mil, de las que gran parte continúan albergadas en campamentos.