Aunque no se define el valor del pago de indemnizaciones a las víctimas, la Defensoría Pública estima que la cifra podría acceder a unos 500 mil dólares por cada fallecido. Tras la tragedia, la justicia detuvo a dos propietarios del local, bloqueó sus cuentas y bienes.
Según lo planteado, los dueños de la discoteca deben cancelar 500 mil dólares por cada fallecido. (Foto: Archivo)
La Defensoría Pública del estado brasileño de Río Grande do Sul solicitó una indemnización para los familiares de las víctimas y sobrevivientes del incendio hace dos meses en una discoteca de la ciudad de Santa Maria (sur).
El documento fue presentado en el Foro de Santa María y solicita una compensación del gobierno estadal, de la prefectura de Santa Maria, de los dueños de la discoteca Kiss y de las empresas que servían al centro nocturno.
El defensor público, Felipe Kirchner, resaltó que esas entidades y personas son responsables de la muerte de 241 jóvenes y de provocar lesiones a otras 623 muchachos, por cuanto la Kiss estaba abierta debido a los permisos concedidos indebidamente y también por falta de supervisión.
Aunque no se define el valor del pago de indemnizaciones a las víctimas, la Defensoría Pública estima que la cifra podría acceder a unos 500 mil dólares por cada fallecido.
Tras la tragedia, considerada como la peor registrada en Brasil en los últimos 50 años, la justicia detuvo a dos propietarios del local, bloqueó sus cuentas y bienes.
El pedido de indemnización ocurre cinco días después que la Policía Federal responsabilizara a 35 personas por el incendio en el centro nocturno y presentara cargos de homicidio doloso contra 16 de ellos.
Entre los imputados de homicidio figuran el productor Marcelo de Jesus dos Santos y el vocalista Luciano Bonilhade de la banda Gurizada Fandangueira que actuaba en el momento del fuego.
Una bengala encendida por esas personas provocó el incendio del material acústico del techo, el cual desprendió un tóxico venenoso que provocó tantas víctimas.
Por iguales cargos fueron culpados también los propietarios del local: Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, gerentes de la discoteca Kiss.
Las pesquisas revelan que en la discoteca había más de mil personas en el momento del siniestro, aunque sólo se permitía el ingreso de menos de 700.
El fiscal Joel Dutra señaló que se inculpa de homicidio doloso cuando existe el riesgo de matar y el fallecimiento por asfixia está contemplado como un crimen en el código penal, lo cual permite imputarlos por esta causa.
La Asociación Nacional para la Exigencia del Cumplimiento de las Obligaciones Legales (Anecol) pidió en febrero a la justicia brasileña una indemnización para cada una de las familias de las víctimas del incendio fatal.