De Teatro
“Desde el mismo vientre”, teatro que habla de salud mental entre lágrimas y risas
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6 meses agoon
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LA REDACCIÓNCuando asisto a un montaje teatral siempre lo hago desprovisto de prejuicios. No importa la poca fe que tenga en la producción, en el elenco, en la dirección, siempre espero que lo que voy a ver me sorprenda, para bien o para mal.
Cuando el resultado es una satisfacción inmensa por no haber perdido una hora de mi tiempo, lo agradezco desde lo más profundo de mí.
Para empezar, seré honesto, quizás hasta poco objetivo, cosa que posiblemente no me perdonaré en el futuro.
No soy amigo de Irving Alberti. Lo he entrevistado un par de veces y no hemos pasado más que de uno que otro apretón de manos y un trato cordial y respetuoso mutuo. Nada más.
Sin embargo, me toca decir (en primera persona) que Irving me acaba de sorprender de la manera más convincente que se pueda sorprender a alguien que ve tanto teatro local, como sus fuerzas se lo permitan.
Que a veces peco de duro con mis críticas, otras, demasiado imperturbable.
Con la dramaturgia de la obra “Desde el mismo vientre (mellizos)”, no me queda más que reconocer que el talento de este hombre del entretenimiento local se fortalece y mejora con los años.
“Desde el mismo vientre (mellizos)”, la pieza que escribió basándose en experiencias personales con la intención de hacer pura comedia (lugar en el que se siente seguro) y que terminó convirtiéndose en un tránsito profundo y emotivo entre el drama, la comedia y el compromiso social enfocado a concienciar sobre la salud mental.
A Irving lo acompañan en este trayecto, primero, Ramón Santana, quien logra una dirección de actores que se acerca a lo magistral.
Y qué decir de Pepe Sierra, esa fuerza actoral contemporánea, sin aspavientos, sin ínfulas, sin fisuras, cuya única presencia escénica es un deleite. Un lujo.
Este histrión al que pocas veces lo hemos visto (sigo en modo primera persona) en roles cómicos, salvo ese “Esperando a Godot” tan creíble que nos regaló hace años, nos ofrece a un mello atribulado, con episodios esquizofrénicos, bipolares y depresivos de una ternura y una simpatía tales, que pocos en el auditorio quedan indiferentes ante tanta pasión.
“Desde el vientre” cruza caminos peligrosos. Aborda la salud mental desde el amor fraternal sin el menor atisbo melodramático.
Es, de alguna manera, crudo, razonable, como quien mira desde la otra acera.
Pone a prueba los instintos, las emociones. Va desde la ausencia de carácter o la posesión de éste, hasta el modo en cómo se afrontan los problemas, máxime, si al enfrentarlos, encontramos con quién compartirlos, quién nos apoye, quién nos escuche. Director y actores consiguen una teatralidad que rompe el molde.
Que nos da sorpresas, que nos impacta, que no se queda en el sitio cómodo de la comedia facilona o el melodrama trillado.
No nos queda claro si para completar esta obra su autor, el propio Irving, se valió de los conocimientos de especialistas en la salud mental o si fue durante el proceso del montaje.
Lo que sí tenemos claro es que fuera como fuera, el resultado es un trabajo de calidad que engrandece el arte de las tablas en cualquiera de los dos géneros en los que oscila la trama: drama y comedia.
Y como guinda de un pastel que no llega a empalagar, sino más bien que invita a degustar más, están las intervenciones en las voces de Yanela Hernández, como la madre de los mellizos y Luvil González, como la esposa que abandona a uno de ellos.
Esta obra ya va por su segunda temporada (la primera fue en enero de este año y recién terminaron cinco exitosas presentaciones en la misma sala Ravelo del Teatro Nacional que les abrió las puertas por primera vez).
Al menos a mí, a este modesto observador de teatro, le gustaría que más personas puedan verla.
Que sus responsables logren nuevas fechas, sea en el mismo escenario o en uno distinto, pero que no paren de presentar este trabajo.
Tenemos entendido que a principios de junio van a Lawrence, en Boston, Estados Unidos.
A los actores y al director se les unen Fidel López en la escenografía; Gina Marte en la regiduría; Nicole Houllemont en la asistencia de producción y Luvil en la asistencia de dirección.
Hoy me quito el sobrero ante Irving Alberti. Hoy reivindico al humorista, al presentador, al actor de cine, teatro y televisión.
Al artista que en base a la disciplina y, evidentemente, al talento, se ha crecido ante los ojos del público y la crítica con la humildad de quienes saben que lo perfecto no existe, mas el trabajo constante y el respeto al público siempre son la clave para ofrecer mejores trabajos cada día. ¡Enhorabuena!
De Teatro
“Luz Rabiosa”, Hony Estrella, o el grito ahogado de los cinco sentidos
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2 días agoon
noviembre 14, 2024Santo Domingo, R.D.-“Por más que me encuentre un tesoro en las Fuentes del Nilo, quiero bailar un slow with you tonight, tonight. Y aunque seas la Monna Lisa o la Venus de Milo, quiero bailar un slow with you tonight…”. Slowly, fragmento. Luis Eduardo Aute suena, pausado, elocuente e intermitente, en un “spanglish” perfecto, durante los 65 minutos que dura la obra “Luz Rabiosa”.
Por momentos sirve de apoyo a una Hony Estrella que, nueva vez, asume un protagónico teatral en el que debe enfrentarse a un público que siempre espera lo máximo de ella.
Son varios personajes los que interpreta, valiéndose de poquísimos elementos: su cuerpo, su voz, sus movimientos; una manta, unos lentes, una gorra, una Tablet.
Unas veces lo logra, otras veces, no tanto. La obra es una metáfora a los cinco sentidos, donde los personajes, interpretados por la propia actriz y por circunstancias personales o sociales, se hacen llamar por cada uno de ellos: Oreja, Nariz, Mano, Lengua y Ojo (o sea, oído, olor, tacto, gusto y vista).
El metamensaje radica en el drama que cada personaje expresa.
El equipo conformado por Hony Estrella, como la actriz principal; Manuel Chapuseax, como el director; Canek Denis, el productor y actor acompañante; Priscilla Velásquez, autora y Chantal Soler, como invitada especial, se enfocó en resaltar los dramas, frustraciones y, por qué no, las esperanzas de mujeres atemporales, cuyas heridas son sanadas por medio a sus propias resiliencias y el ejercicio de fortalecer sus emociones blandas cada día.
La teatralidad de “Luz Rabiosa” es modesta. Su iluminación es tenue. La escenografía es minimalista y las emociones provocadas son un péndulo entre la tristeza, la alegría y la reflexión.
La actriz Hony es disciplinada, no nos cabe duda. Es poseedora de un talento y un carisma indiscutibles.
Como actriz ha dado la talla, no sólo en el cine, también en el teatro, adonde acude cada vez con más frecuencia.
Con aciertos y desaciertos, se va forjando un camino sin estridencias, sin ruidos, a pesar de su condición de figura pública y mediática, embarcándose en producciones de contenido serio, como esta “Luz Rabiosa”, que vuelve a la Sala Ravelo del Teatro Nacional, del 19 al 22 de diciembre de este 2024.
Quizás pudiéramos colegir que hay técnicas de actuación que aún no logra alcanzar; pero nadie, absolutamente nadie, puede denostar su valentía, su performance y comprometido.
Sobre todo, que en esta pieza da vida a seis personajes con edades, etnias y rasgos distintos. Muchas veces los ortodoxos se escandalizan cuando personas populares (televisión, música, inclusive política o deportes) van al teatro.
A priori, los descalifican. Es cierto, que muchas veces estas figuras no aportan mucho a la escena, pero en el caso de Hony, cuya trayectoria cuenta piezas tan “serias” como “Weekend en Bahía”, que le mereció una nominación como Mejor Actriz en premios Soberano; “A 2.50 el Cuba libre”, “Magnolias de acero”, “Pórtate bien”, “Bodas de sangre”, “Mariposas de acero”, por sólo citar algunas, se percibe a una artista en todo el sentido de la palabra, consciente de que los riesgos se asumen en el campo de batalla, en este caso, encima del escenario.
En “Luz Rabiosa”, una y otra vez nos recuerdan, como un mantra, como un mandato, como una oración, que “la magia, si dura mucho, no es magia”.
Esperemos que la admiración que el público siente por Hony, no sea magia y que ella, como la artista capaz de salir a flote en cualquier disciplina, siga considerando que lo más importante para permanecer en el gusto de los demás, es entregar respeto y calidad en todo lo que se hace.
De Teatro
La obra clásica “Sueño de una noche de verano” llega transformada en ballet al Teatro Nacional
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2 días agoon
noviembre 14, 2024Santo Domingo, R.D.-Este diciembre, la obra clásica de William Shakespeare, “Sueño de una noche de verano” revive en el escenario del Teatro Nacional Eduardo Brito bajo una versión en ballet, producida y coreografiada por Alina Abreu.
Los días 6, 7 y 8 de diciembre, la Sala Carlos Piantini será el escenario de esta producción que une danza, música sinfónica y una atmósfera llena de magia y mitología.
La versión de Abreu se inspira en los intrincados enredos amorosos y fantásticos de la obra de Shakespeare, que, tras más de cuatro siglos, sigue cautivando al público. Esta adaptación en ballet transforma un bosque encantado de Grecia en un escenario donde hadas, mortales y seres mitológicos cruzan sus destinos bajo el influjo de una flor mágica. En esta mágica noche, los personajes experimentan amores erráticos, hechizos y travesuras que reflejan la dualidad entre los mundos de la realidad y la fantasía.
Además, contará con la participación especial de la soprano Paola González, quien aportará un toque lírico a esta velada artística como solista y directora coral.
La escenografía estará a cargo de Fidel López, mientras que Magaly Rodríguez diseñará los exquisitos vestuarios y Paula Ferry dirigirá la parte teatral de esta producción integral.
Las entradas están disponibles en CCN Servicios, Uepa Tickets, Supermercados Nacional y Jumbo. Los precios son RD$2,795 para platea y RD$2,240 para balcón.
De Teatro
‘Dominus Land: un paraíso incierto’, llega al Teatro Nacional
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1 semana agoon
noviembre 6, 2024Esta obra de teatro estará presentándose del 23 y 24 de este mes de noviembre
El mundo surrealista de Dominus Land llega al escenario de la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional el 23 y 24 de este mes de noviembre, en una obra para toda la familia que busca concienciar a la sociedad ante la vorágine de las redes sociales.
Bajo la producción ejecutiva de Omayra Álvarez, presidente de Juventud Con Una Misión Santo Domingo (JUCUM-SD), Dominus Land, escrita por la destacada actriz y coreógrafa Eva Piccini, plantea un llamado de atención a los padres y madres de cara a sus hijos.
«Para mí, la obra es ese grito de alerta ante lo que estamos viviendo, que es muy obvio, donde las nuevas generaciones están sumergidas en la tecnología y las redes sociales produciendo personas con falta de afecto y sin ningún apego emocional a sus padres», expresó Eva Piccini, quien también es la guionista y una de las coreógrafas de la obra.
Omayra Álvarez, quien además encarna a «Sabina» aseguró a su vez que en Dominus Land se enfatiza la necesidad de mantener la familia como el órgano central de la sociedad.
«Si la familia se sana la sociedad se sana. Es tiempo de unir esfuerzos para juntos volver a nuestra esencia y formar a nuestros hijos en principios y valores para aportar hombres y mujeres de bien, teniendo siempre a Dios como el centro de cada familia», dijo Álvarez.
Dominus Land se desarrolla en un universo incierto y absurdo bajo el régimen de «Asclepio Doupoulus», quien separa de manera cruel a los hijos de sus padres y obliga a estos últimos a servir como cirqueros. Un pequeño grupo intenta rebelarse, buscando la reunificación familiar y el retorno al poder del «Maestro Sapienta» con su pacificador rollo.