El tribunal central de Seúl tiene previsto celebrar el jueves 30 de marzo una vista para escuchar los argumentos de los fiscales y de los abogados de Park -que no tiene la obligación de personarse- antes de decidir si acepta la propuesta y emite la orden de arresto.
Entre la larga lista de cargos que los investigadores atribuyen a Park están abuso de poder, coacción, revelación de secretos de Estado o soborno, delito este último que la ley surcoreana castiga con un mínimo de 10 años de prisión y que puede llegar incluso a suponerle la cadena perpetua si finalmente lo dictamina una corte.
Aunque Park volvió a insistir en su inocencia la semana pasada, cuando se sometió a un interrogatorio de más de 21 horas, los fiscales estiman que existe evidencia suficiente como para que sea puesta bajo arresto.
Una treintena de personas están imputadas por el escándalo de la “Rasputina”, que salpica también a 53 empresas, entre ellas gigantes como LG, Hyundai o Samsung, acusados de pagar en total 77.400 millones de wones (unos 70 millones de dólares) a la red creada por Choi.
“Se han recogido muchas pruebas hasta ahora, pero como la sospechosa niega la mayoría de cargos criminales, existe la posibilidad de que haya destruido pruebas”, explicó hoy la fiscalía en un comunicado.
Los investigadores creen probado en todo caso que Park abusó “de su poderoso cargo y autoridad” al permitir que Choi Soon-sil, conocida como la “Rasputina” por su cercanía con la expresidenta, extorsionara a empresas y al filtrarle secretos de Estado a la mujer pese a que no ostentaba cargo público alguno.
“Sería injusto no pedir una orden (de detención) teniendo en cuenta que su cómplice Choi Soon-sil, así como los funcionarios que siguieron sus dictados y aquellos que han pagado sobornos, han sido todos detenidos”, reza el texto de la fiscalía.
El heredero del imperio Samsung, Lee Jae-yong, se cuenta entre aquellos que supuestamente pagaron cantidades millonarias a la red creada por Choi para recibir un trato de favor del Gobierno y está siendo actualmente procesado por ello tras ser detenido el pasado febrero.
Tomando como ejemplo la detención del propio Lee Jae-yong, inicialmente desestimada y aprobada tras una segunda argumentación de la fiscalía y 19 horas de deliberaciones de los jueces, se espera que la corte dé a conocer su decisión sobre el arresto de Park a última hora del jueves o en la madrugada del viernes.
Si el tribunal del distrito central de Seúl emite la orden que pide la fiscalía, Park se convertirá en el tercer exjefe de Estado surcoreano en ser detenido tras el general Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo.
Chun fue condenado a muerte (luego le fue condonada la pena por cadena perpetua) y Roh a 17 años de cárcel, ambos por delitos de corrupción, sedición y alta traición.
Sin embargo, quedaron exentos de prisión gracias al perdón concedido por el presidente Kim Jong-sam como parte de una política de reconciliación nacional para cerrar las heridas de la dictadura encabezada por Chun y en la que Roh -que luego se convirtió en el primer presidente de la democracia- fue ministro de peso.
Por su parte, Park fue destituida -y en consecuencia perdió su inmunidad presidencial- el pasado 10 de marzo cuando el Tribunal Constitucional consideró que vulneró la Carta Magna al confabular con su amiga Choi para crear una red de intercambio de favores.
Esta decisión supuso la primera destitución de un jefe de Estado surcoreano en democracia y obligó al Gabinete del presidente en funciones, Hwang Kyo-ahn, a convocar por primera vez elecciones anticipadas, que en este caso tendrán lugar el próximo 9 de mayo.
Una treintena de personas están imputadas por el escándalo de la “Rasputina”, que salpica también a 53 empresas, entre ellas gigantes como LG, Hyundai o Samsung, acusados de pagar en total 77.400 millones de wones (unos 70 millones de dólares) a la red creada por Choi. EFE