Este lunes 24 de diciembre es un día muy importante para todo el mundo católico.
Pero más que un día de religiosidad es un motivo importante para promover amor, encuentros y reunificación familiar para escuchar a nuestros seres queridos hablar sobre sus logros y tropiezos.
Es un día para cenar juntos y dar ese abrazo que tanto fortifica a nuestras madres, muchas ya ancianas que necesitan más que nunca del calor de sus hijos, padres, hermanos, tíos y demás familiares.
Es un día para también dar las gracias por la salud que exhiben muchos y por la prosperidad económica de otros, todos dominicanos con derecho a una vida mejor.
El 24 diciembre es un día para no dejar dudas en nuestros seres queridos que los amamos, que los extrañamos y que sin ellos la vida es mucho más difícil, porque ellos nos proporcionan la vitamina del amor filial, del sabor humano de la vida, cuya sustancia jamás podrá ser sustituida por el dinero y los negocios.
Sin embargo, el 24 de diciembre debe servir también para que reflexionemos sobre lo que no hemos hecho bien, sobre nuestros errores.
Procuremos lograr en el nuevo año que casi se inicia ser mejores ciudadanos y preocuparnos por lo menos durante una parte de nuestros tiempos por los intereses de todos y cada uno de los dominicanos.
Ese debe ser un proyecto de la familia dominicana, el cual también debe iniciarse en el año que está a punto de comenzar.
En la medida de que así sea tendremos un mejor país para nuestros hijos, nuestros nietos y para todas las próximas generaciones.
Una República Dominicana diferente, con menos violencia y delincuencia es una garantía de una buena vida para todos.
Debemos como familia fiscalizar sin tregua a los estamentos públicos que están obligados a proporcionar ese nuevo estadio de tranquilidad y de sosiego para los dominicanos.
Sugerimos que este 24 de diciembre sea motivo de una profunda reflexión en contra de los males que ponen en peligro la integridad física y moral de más que la Nación, la patria.
Estado de cosas que pone en peligro lo que realmente somos y la esencia de la dominicanidad.
Este 24 de diciembre debe convertirse en la expresión de preocupación más contundente de nuestras familias frente a todos los males que nos aquejan, muchos de los cuales son muy propios de nuestra sociedad, donde los niveles de corrompimiento son gran motivo de preocupación para todos.
El 24 de diciembre es la fecha más propicia para que iniciemos un verdadero proyecto de nación, el cual debe salir de las propias entrañas de la familia dominicana, como resultado de la reflexión que propicia la nochebuena.