El coronel Francisco Alberto Caamaño, acompañado de Manuel Montes Arache, Gerardo Marte y Claudio Caamaño caminan por una calle de la ciudad durante el desarrollo de la Revolución de Abril de 1965.
El coronel Francisco Alberto Caamaño no quería la guerra, porque en los enfrentamientos armados mueren seres humanos y pretendió llevar la democracia a las filas militares, pero los guardias reaccionarios provocaron la guerra, afirmó quien fue su guardaespaldas, el constitucionalista y “hombre rana” Pedro Germán Ureña, capitán de navío retirado de la Armada (antes Marina de Guerra).
El oficial superior al analizar la Revolución de Abril, 49 años después, narró que fue guardaespaldas del coronel Caamaño en el transcurso de la revolución hasta que el líder salió del país para Londres como embajador. Dijo que observó cómo libró de la muerte a muchas personas.
“Te puedo testimoniar que durante la revolución yo mismo capturé dos soldados norteamericanos y cuando los llevé hasta la oficina de Caamaño él habló con ellos brevemente y ordenó: ‘libérenlos, que esos soldados ni siquiera saben donde están’ ”, manifestó Germán Ureña .
La Revolución inició el sábado 24 de abril de 1965, cuando un grupo de militares se levantó en armas en la jefatura del Ejército en el kilómetro 25 de la autopista Duarte y marcharon hacia la capital donde tomaron posesión de distintos objetivos militares bajo las órdenes del coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez y el pueblo se lanzó a las calles desplazándose en distintas direcciones.
Ese mismo día en horas de la noche los generales Elías Wessin y Wessin y Juan de los Santos Céspedes, este último jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, anunciaron que en el país se había producido un levantamiento armado, iniciándose los bombardeos y después enfrentamientos entre los dos grupos en pugna.
El espaldero de Caamaño, durante una entrevista en el Museo de Hombre Dominicano, en la feria del libro en el área de la Revolución de Abril, reiteró que Caamaño era un hombre de paz, “porque en el atentado que fuimos objeto en el hotel Matum de Santiago, el 19 de diciembre de 1965, él no quería que hiciéramos disparos, porque iban a matar hermanos.
Narró que cuando Caamaño visitó la tumba de Fernández Domínguez en Santiago, “ese mismo día estuvieron al borde de matarnos a todos, porque se logró desactivar varios atentados, el primero en la Catedral donde casi un centenar de hombres aclamaron a Caamaño presidente y lo invitaron a realizar una caminata desde la iglesia al cementerio con la finalidad de matarlo a él y toda su comitiva en la trayectoria. Pero, yo logré empujar a Caamaño y montarlo en un carro. Cuando estábamos llegando al Matum le realizaron varios disparos, pero logramos escapar y llegar al hotel donde tuvimos que abrir las puertas por atrás y en el cementerio, Montes Arache desactivó otro atentando”.
Monte Arache
El capitán de navío Germán Ureña hizo un alto sobre Caamaño para expresar que “no se puede hablar de la Revolución sin mencionar al general Ramón Montes Arache, porque éste fue un estratega de la guerra y en el campo de batalla peleaba parado, muchas veces tiraba al mismo tiempo con dos armas en cada una de sus manos y era capaz de almorzar en medio del combate.
Dijo que es bueno que el país recuerde que la Revolución de Abril adquirió otro carácter después que los 100 militares del cuerpo de “hombres rana” de la Marina de Guerra, dejaron sus puestos de mando y siguieron a Montes Arache a formar parte de la revuelta.
Otra persona que es parte del Comité Pro Celebración del 50 aniversario de la Revolución de Abril es Fellita Caamaño, quien trabajó en la casa de Francisco Alberto Caamaño y lo acompañó cuando fue enviado como embajador a Londres. Ella tuvo en su poder la ruta que iba a hacer Caamaño cuando desembarcó por playa Caracoles, en febrero de 1973.
En el orden íntimo calificó a Caamaño como un hombre de familia que cuando llegaba a la casa a 1:00 de la madrugada en el ensanche La Fe, si encontraba sus hijos despiertos jugaba con ellos y compartía con su esposa Paula Acevedo (Chichita) y casi siempre había que hacerle cena.
En Londres
Caamaño Deñó llegó a Londres en enero de 1966, después de concluida la contienda armada y haber llegado a un acuerdo para dar paso a un gobierno de transición tras el fin de la Revolución que inició un día como hoy de 1965.
En 1967, Caamaño desaparece de Londres y de manera clandestina llega a Cuba donde prepara una expedición; retorna al país el 3 de febrero de 1973 por playa Caracoles, de Azua y fue capturado y fusilado en la montaña de Nizaíto, San José de Ocoa, el día 16 del mismo mes.
En la actualidad la Procuraduría General de la República investiga donde están sus restos.
UN APUNTE
Los “hombres rana”
El cuerpo élite militar de los “hombres rana” de la Marina de Guerra, fueron preparados para viajar a Venezuela y matar el presidente de ese país, Romulo Betancourt, entrenados por siete expertos italianos que contrató el tirano Rafael Leonidas Trujillo Moluna, según explicó Germán Ureña.
En Números
49 años
Hoy se está celebrando este aniversario con mira al 50 el próximo año con diversos actos.
1- Fellita Caamaño Grullón
2- El constitucionalista Pedro Germán Ureña, muestra una foto de los hombres ranas, durante la Revolución de 1965.
EL NACIONAL.