La comunidad invadió la estructura en construcción alegando que la quieren despojar de la misma
SÁNCHEZ RAMÍREZ. Diez años tiene la comunidad de Hernando Alonzo de esta provincia, esperando entre promesas la construcción de su liceo.
A raíz del 2010 los comunitarios vieron una luz de esperanza cuando un cambio de contratista motivó la aceleración de los trabajos, pero por razones económicas fueron paralizados cuando apenas faltaba un 15% para su terminación, desde entonces los estudiantes reciben clases en distintos lugares,, algunas inadecuados, hasta que la comunidad decidió a ocupar con sus hijos uniformados los espacios a medio construir, haciendo caso omiso a las advertencias del Ministerio de Educación.
El impasse está creado por la paralización de la obra desde hace 18 meses, cuando el ingeniero Anibal Rincón detuvo la obra por una supuesta deuda de aproximadamente 9 millones de pesos.
En todo ese tiempo los alumnos recibían clases, primero en el local de una gallera y luego en un club en condiciones deplorables hasta que se derrumbó, entonces no les quedó más remedio cerrar los cuadernos y esperar en casa, según relató la dirigente comunitaria Margarita María Hilario.
Desde entonces las autoridades y la comunidad participaron de varias asambleas para buscar la solución al problema, eligiendo entre varias alternativas la de proporcionar aulas móviles hasta que se concluyera el liceo, según informó el director provincial Frankely Silverio.
Explicó que por eso actualmente construyen la base para colocar furgonetas que servirán de aulas de emergencia, lo cual aportará una solución en apenas 15 días.
No obstante, la comunidad se muestra reacia y cree que en realidad se levanta otra escuela paralela para despojarlo de sus instalaciones a medio construir, aseguran que buscando lucrarse las autoridades locales de educación y la directora, buscan un rejuego para lucharse con la construcción de una nueva escuela, que califican de peligrosa porque está pegado a una antena de telecomunicaciones y a un colmadón.
Por eso, la semana pasada invadieron las aulas de su liceo en construcción, buscaron a los maestros y dieron inicio al año escolar con un 30 por ciento del estudiantado y un 80 por ciento de los maestros, pese a la prohibición del Ministerio de Educación. «La directora vino a sacarnos con policía pero tuvieron que irse porque de aquí no nos saca nadie», expresó Rafael Henríquez, presidente de la Sociedad de Padres y Amigos de la Escuela.
Nathaly Molina, estudiante del primero del bachillerato dijo sentirse muy mal con la experiencia, alegando que tuvieron que salir a un colmado a buscar servilleta para limpiar el mobiliario de la polvareda.
La maestra en retiro, Eneida Maritza Fernández, dijo que los alumnos son estudiantes brillantes, que asisten a la escuela a pesar de las precariedades por lo que merecen la atención de las autoridades educativas. «Esperamos que el presidente Danilo Medina se conduela de nuestra situación porque nosotros seguiremos luchando hasta ver terminado nuestro liceo», dijo la mujer.
El director provincial explica que es muy difícil y hasta riesgoso realizar trabajos de construcción con estudiantes en las aulas. «No podemos autorizar esto porque el contratista no nos ha entregado la obra y podemos ser objeto de demanda y tampoco podemos responsabilizarnos si algo le pasa a un alumno, es por eso que el mismo el ministro nos prohibió que permitamos estos».
Sobre las acusaciones que pesan sobre la directora del plantel Beatriz Rodríguez, ésta se mostró muy dolida alegando que viene acompañando a la comunidad desde el año 1997 en su lucha por el liceo, pero que por órdenes de sus superiores no los puede acompañar en la intervención de la edificación.
«No entiendo porqué ese cambio de actitud conmigo, ellos deben comprender que yo obedezco órdenes, yo no cuento con la autorización del distrito, a mi me corresponde la parte burocrática y a la comunidad su plan de lucha, pero yo quisiera que ellos depusieran esa actitud porque en algún momento esto va a pasar y tendremos que continuar trabajando juntos», dijo la directora.
Habla el padre Nino
Consultado al respecto, el padre Nino valoró como muy positiva la alternativa del Ministerio de Educación de facilitar aulas móviles, mientras se concluyen los trabajos.» Nosotros tenemos otro liceo que Comedero Abajo, que ojalá yo, por lo menos tener aulas móviles, es un error de la comunidad, esta es una buena alternativa en lo que se termina lo otro bien terminado», explicó.
Aseguró que recibió la promesa del ministro de Educación, a través del viceministro, Antonio Peña Mirabal, de que resolverán lo más pronto posible, «yo me comprometo y doy mi palabra de que eso será así».
A la estructura le faltan las puertas, las persianas, las lozetas, los baños y la pintura. El ingeniero Rincón dijo que detuvo los trabajos hace un año y medio por falta de pago, que Educación mandó a hacer un peritaje y que aunque el Codia entregó el informe desde marzo están conciliando la cuenta y aún no terminan.
Diario Libre