Periodismo Interpretativo

Diferencias entre Villa González y Navarrete

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Navarrete

Pronunciar los nombres de Navarrete y de Villa González ofrece la inusual sensación de mezclar agua y aceite.

Navarrete, pueblo de más de un siglo, conocido tradicionalmente como Villa Bisonó, asiento de ese apellido y cuna del caudillo conservador Joaquín Balaguer debería ser por ello un baluarte del conservadurismo.

No es así.

En Navarrete no se consignó la opinión que tienen sus  residentes sobre los vecinos de Villa González, que antes se llamó La Laguna, porque eso era por mucho tiempo la zona tabaquera y “ranchera,” como asimismo se hace llamar a su gente.

Pero en Villa González hay quienes creen que los navarretenses, así generalizado, suelen ser “excesivos” en sus protestas generalmente violentas.

En el  primer cuarto del siglo xx la fama conservadora del pueblo no existía.

Los yanquis cuando vinieron de invasores en 1916, le colocaron el rótulo de “La pequeña Moscú” por haberse rebelado  decididamente contra sus militares interventores.

Villa González

Tampoco es Navarrete el pueblo altivo y belicoso que dibujan las crónicas periodísticas habituales en medio de sus paros y repiques lacrimógenos, de sus tumultos y de sus anhelos.

Esas acciones de empuje se deben en mayor medida a la presencia del Frente Amplio de Organizaciones Populares, conocido como Falpo que tiene en sus lineamientos políticos y estratégicos la lucha social activa.

En Villa González donde no hay Falpo, conocido por bastante tiempo como Laguna,  pues eso era por cientos de años, es comedido y frecuentemente hasta censura algún comportamiento de su vecino que está a unos dos kilómetros de distancia hacia el oeste franco. Sin ser dos pueblos enemigos son rivales en el enfoque de la realidad política y de la lucha social. Villa González casi no protesta nada. Suele ser parsimonioso y casi indiferente.

Con decir que apenas habló de la ausencia de un acueducto por más de una década de aguas contaminadas, mal servidas y escasas.

Esa situación no hubiera sido tolerada por Navarrete al que estando más lejos conectaron al sistema de conducción del  líquido del Cibao sin pensarlo dos veces.

A Navarrete le hierve la necesidad de pronunciarse.

Villa González vive del cultivo familiar tabacalero que suele  ser  desmovilizador en el campo político.

En Navarrete predomina el café y cultivos agrícolas diversos.

Casi no hay huelgas nunca ni protestas callejeras en Villa González.

No hay año en que Navarrete no se lance a las calles por lo que sea desde agua potable, empleo, energía eléctrica, por una muerte, por alguna solidaridad con otro pueblo.

Raramente ha habido muertes en Villa González relacionada con el ejercicio de la

política activa o de las demandas populares.

El aporte de sangre de sus vecinos  no es infrecuente.

Navarrete con ser intenso es también extenso en relación a los tabaqueros del lado arriba. Los laguneros, como suelen conocerse se ríen de sí mismos llamándose “rancheros”, cuando quieren insultarse amablemente.

Esto es como decirse a sí mismos “campesinos,” o gente rústica que no ha conocido el mundo civilizado.

Esa es otra cuestión que puede llamar a confusión pues cuando el tabaco era el principal producto de exportación, esta villa vivía calladamente los gustos refinados de Europa: buenos pianos, casas señoriales y una economía abundante.

Cuando advino al Cibao el llamado “Centenario” en 1944 una sequía y hambruna apenas reseñada hasta ahora, disuelta en el silencio de la tiranía, la gente más pudiente de este pueblo se compadeció de los más pobres y los alimentó con maíz que guardaban en sus graneros, lo cual evitó que ese mal momento histórico se convirtiera en tragedia. Pero ese decir siempre se queda entre familia.

Los navarretenses, como también los “laguneros” han aportado  figuras a la burocracia, al deporte de alto rendimiento (Villa González, por ejemplo, ha dado muchos peloteros a las grandes ligas).

 Navarrete produce buen café en su zona montañosa:

El Lirial y La Lomota, en la cordillera Septentrional.

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