El baloncesto es un deporte que identifica a jóvenes con sueños de poder convertirse en grandes jugadores. Es un deporte que combina destrezas emocionales y físicas que ayudan a quien lo practica a convertirse en una mejor persona cada día. Le enseña a perder y a ganar, a entender cuando las jugadas no están bien logradas, a corregir los errores, admitir cuando el opositor es bueno y sobre todo a priorizar la disciplina.
En las diferentes provincias de la región norte el baloncesto surge como un rescate de valores ante la delincuencia.
Surge como una manera sana de que los jóvenes puedan recrearse, divertirse, hacer amigos y demostrar sus capacidades físicas. La historia del baloncesto en la región norte es muy parecida.
En sus inicios figuran jóvenes de espíritu innovador, con curiosidad e inquietudes, con visiones futuras de poder convertir un espacio con poco valor en una cancha y a un grupo de amigos en un equipo.
Todos con un fin, divertirse. Siempre los torneos son realizados por una organización provincial, que reúne de 5 o 6 grupos con uniformes enumerados y con posiciones fijas.
Estos se convierten en los representantes fieles de los distintos sectores y velan por ser campeones, lucir el mejor uniforme y hacer las mejores jugadas.
Las canchas interbarriales se conocen como clubes. Allí los baloncestistas practican y desarrollan técnicas de juego y realizan actividades deportivas durante el año para reunir el dinero del mantenimiento.
Negocio, deporte y tradición
Los clubes son la cuna donde los jugadores demuestran lo que saben hacer con el balón, donde manifiestan sus destrezas. No todos los jugadores son profesionales de otras áreas del saber. Muchas veces estos jóvenes crecen en barrios marginados y en familias de escasos recursos” sostiene Miguel Ángel Felipe, jugador del equipo Gregorio Urbano Gilbert (GUG) de Santiago.
“Los jugadores aprenden las técnicas de este deporte y logran entrar en equipos con buenos valores y excelentes organizadores. Con su talento logran ganar el cariño de sus fanáticos y hasta les llegan propuestas de otras tierras permitiéndoles viajar” describe Miguel Ángel.
Más que un deporte, se ha convertido en una carrera profesional y en un negocio temporal. En estos torneos intervienen jugadores, comerciantes, empresas que con su apoyo monetario se convierten en patrocinadores, cronistas y medios de comunicación, entre otros.
“De los jugadores, algunos ganan 25, 30 y hasta 40 mil pesos por un juego. Hoy en día el baloncesto se ha convertido es un buen negocio y en un buen empleo para algunos”, explica Franklin Matos, jugador del equipo del CDP de Santiago, y selección nacional del país.
Económicamente se benefician personas de distintos quehaceres. Los empresarios, los vendedores, los conserjes, los que diseñan las boletas, los que venden las boletas, los que confeccionan los uniformes, los del calzado, los que producen bebidas energizantes. Por supuesto, los jugadores reciben su pago de acuerdo a un contrato, firmado con fecha y tiempo de juego.
Michel Villar Rodríguez, de los organizadores del Baloncesto Superior Vegano, explica que “el baloncesto beneficia a los jugadores y a la población porque le da un atractivo más a la provincia, a los pequeños vendedores que se buscan la vida en los entornos de los clubes o polideportivos, desde los parqueadores hasta los que venden dentro del techado”.
El alcance de los partidos gracias a las redes sociales atrae ciudadanos de otros pueblos y de los que allí nacieron pero emigraron.
Sin embargo, hay inconvenientes. Algunas provincias han tenido que cancelar sus torneos por falta de recursos, de terrenos, de canchas, como sostiene Gabino Mencía, Organizador del Baloncesto Superior de Puerto Plata.
PALABRAS DE UN JUGADOR
Al igual que el contrato sucede con el sueldo: es efímero y por temporada. No cuentan con seguro médico.
Cuando un jugador se lesiona, solo la primera receta es comprada por los administradores del equipo, pero las demás son responsabilidad del jugador.
Una situación como esta la ha vivido Franklin Matos durante sus años como jugador profesional.
Matos, gracias a su experiencia como refuerzo en distintos torneos a nivel regional y nacional, estimula a los políticos y a los empresarios a confiar más en el deporte y apoyar los torneos de la liga superior.
EQUIPOS, BARRIOS Y CIUDADES
Cada equipo tiene un nombre significativo que representa a jugadores, a sus barrios y también características principales. Cada provincia tiene un órgano ejecutor que se responsabiliza de organizar los torneos. Son asociaciones que pertenecen a Fedombal, Federación Dominicana de Baloncesto.
Santiago: ABASACA
Club Los Pepines. Cupes.
Club Sameji.
Club Plaza Valerio, Sector Fernando Valerio
Club Pueblo Nuevo, CPN
Club Domingo Paulino, CDP
Club Gregorio Urbano Gilbert, GUG
La Vega: ASOBAVE
Club Enriquillo,
Club La villa,
Club La Matica,
Club Parque Hostos,
Club Dosa
Puerto Plata: ABAPPLATA
Las Cotorras del Gustavo,
Los Mellizos del Sur,
Los Escorpiones del Gregorio
El Batey Tres, Los Sharks de Sosúa
Espaillat: ASOBAE
Club San Sebastian
Club Centro Juvenil Don Bosco
Club La Cancha
Club José Horacio Rodríguez
San Francisco de Macorís: ASOBAPRODU
Club San Martín de Porres (CSM),
Club Juan Pablo Duarte (JPD)
Club Máximo Gómez (CMG)
Club Santa Ana (CSA)
Club San Vicente de Paúl (CSV o SVP)
Ámbar Mena