Donald Trump, un personaje interesante de la historia.

Por José Cabral

El caso Donal Trump como que envía un mensaje equivocado al mundo que aboga por la ética, la moral y una democracia ejemplar.

Los hechos que se le imputan y sus permanentes travesuras llevan a cualquiera pensar que todo está perdido.

Es inexplicable y al propio impresionante ver como este hombre que no respeta absolutamente nada de la llamada institucionalidad de su país, se sobrepone a todo, incluida la justicia de los Estados Unidos.

Sin embargo, lo más llamativo y preocupante es el hecho que mientras más hechos criminales se le imputan, más popularidad adquiere.

En estos momentos mientras Trump está sometido a una serie de procesos penales, más atractivo se vuelve para el votante.

Es como si en los Estados Unidos ya poco importa que tanta vocación ética pueda tener un político para ser elegido en un cargo público.

Son muchos los puntos que aumenta Trump cuando se le acusa de nuevos ilícitos penales.

Tanto es así, que las encuestas lo colocan hasta con 40 puntos por encima de los otros que buscan ser candidatos por el Partido Republicano.

Pero igual ocurre cuando es medido frente al actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien busca su reelección.

No se sabe qué es mayor en Trump si la vocación delincuencial o la popularidad que tiene para ocupar nuevamente la presidencia en la nación más poderosa del mundo.

El asunto resulta tan llamativo para la democracia que son muchas las réplicas de este personaje que han surgido en una serie de países, incluidos algunos  latinoamericanos.

La pregunta que tiene una inmediata respuesta es saber hasta dónde la más prestigiosa democracia del mundo sufrirá un fuerte revés con el fenómeno Donald Trump, quien no tiene ley ni sistema de justicia que lo pare.

Así de sencillo como suena.