Santo Domingo.- Desde la pequeña construcción de un solo nivel del siglo pasado, hasta la arquitectura religiosa del siglo XVIII y el impresionante edificio con toque aerodinámico de hoy día, la arquitectura urbana y su entorno de plazas, es uno de los puntales que aumentan la riqueza visual de la ciudad de Guaynabo. Atrapan la atención del que, ajeno al lugar, la visita por primera vez.
Vamos a Guaynabo, mi hija Carmen Ramos y yo, en pos de dos hitos importantes del pueblo: el Museo del Transporte y el Museo del Deporte de Puerto Rico. (De ambos ya he publicado reportajes en La Vida). En este deambular en auto a la búsqueda de las respectivas direcciones para conocer días y horarios de visita de dichos museos, pasamos junto a puntos que no teníamos previstos. Miramos sin orden por no tener plano alguno de Guaynabo.
Al descubrirlos, intentamos detenernos ante ellos. Al menos, conocerlos por fuera. Cuando es posible, según el desenvolvimiento del tráfico y las regulaciones correspondientes, nos apeamos del auto para admirarlos de cerca. En ocasiones, nos conformamos con lentificar la marcha del carro y desde el vehículo tomarles la foto. O Carmen da la vuelta a la manzana mientras yo pongo pie en tierra para acercarme.
El encanto del ayer
Levantada en el año 1947 con estilo Art Deco, la casa de un piso que en un tiempo alojó las oficinas de Teléfono y Telégrafo es una joya arquitectónica que encanta. La reja del patio delantero está cerrada con gruesa cadena, aparentemente por encontrarse en proceso de restauración.
Según un folleto de la Oficina de Prensa, Cultura, Turismo y Protocolo de la ciudad de Guaynabo, en su tiempo el mismo empleado atendía ambas oficinas: teléfono y telégrafo, este último operado con la clave Morse. ¡Cuánto ha cambiado la tecnología!, me digo.
En el casco tradicional de la ciudad, una arbolada plaza atrapa la atención. Es la remodelada Plaza de Recreo del Pueblo, en cuyo entorno está un edificio del siglo XVIII: la parroquia de San Pedro Mártír de Verona, una de las primeras veinte parroquias fundadas en la isla de Borinquen. Según estimaciones, fue levantada en 1765, luego que en 1764 ciento treinta y ocho familias residentes en el pueblo (en ese entonces llamado Buinabo) solicitaron al Gobernador de la isla erigir aquí una iglesia, separada de la parroquia de San Juan.
En contraste, en cuanto a edificios modernos, resalta a relativa corta distancia el imponente Guaynabo City Hall, o Casa Alcaldía de Guaynabo, inaugurada en el año 2005. Tiene 15 pisos, incluyendo estacionamiento para los empleados y terraza. En él funcionan además Arte, Cultura y Turismo, entre otras oficinas.
No lejos de la Plaza del Pueblo se extiende la Plaza de los Artistas de Guaynabo, con obras de diez artistas. Cada una representa uno de los barrios de este municipio autónomo. Estacionamos el auto y caminamos entre árboles y arbustos en un ambiente de relax y frescor a la vez que admiramos las esculturas. Los materiales utilizados incluyen acero cortén, acero inoxidable, mármol y esmaltado.
Los 10 barrios de Guaynabo
Los diez barrios que componen el municipio autónomo de Guaynabo, cada uno representado en la Plaza de los Artistas, son Pueblo Viejo, Frailes, Santa Rosa, Pueblo, Río, Hato Nuevo, Sonadora, Guaraguao, Camarones y Mamey.
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