Recomiendan la eliminación de techos inclinados.
Dice trabaja con apego a lineamientos del plan de gestión riesgo
SANTO DOMINGO. Los planteles educativos que construye el Ministerio de Educación son antisísmicos, aseguró ayer el viceministro encargado de Edificaciones Escolares, quien dijo que a los que no tenían la regulación, se les están haciendo las adecuaciones necesarias para reforzar sus estructuras y hacerlas más resistentes a los sismos.
William Sifres informó que en la actualidad desarrollan un programa de readecuación de las edificaciones escolares con un tiempo de construcción y que hay más de 100 en ese proceso en diferentes puntos del país.
Explicó que el proceso consiste en eliminar los puntos vulnerables, como son los que tienen columnas cortas con bloques calados, que en ese caso se sustituyen por un muro armado o por ventanas.
Asimismo, las autoridades, con el respaldo de la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo trabajan en la elaboración de una guía para motivar a que el 100% de los centros educativos elaboren su plan de gestión de riesgo y probarlo al inicio de cada año escolar.
Propuesta
En tanto, la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) trabaja desde hace varios meses en la elaboración de una propuesta de escuelas sismoresistentes, para presentarla al Ministerio de Educación, a fin de que cambie el modelo de construcción.
El director de esa entidad, Freddy Santana Martínez, asegura que la propuesta estaría lista para el próximo día 20 de agosto, ya que en la actualidad los técnicos trabajan en los ajustes finales.
En la misma se establecen las características estructurales a las que debe responder el nuevo modelo de los planteles que, según detalla el técnico de Onesvie, Eufracio Ferrera, incluye la eliminación de los grandes vuelos laterales, ya que éstos generan más vulnerabilidad.
También se prevé pasillos y escaleras más anchos que los acostumbrados en las edificaciones actuales, así como un mayor número de estas últimas, para facilitar las salidas de emergencia.
Otro aspecto que menciona Ferrera es el reforzamiento de los muros y paredes, para eliminar vicios de construcción en planteles ya existentes, y la colocación de juntas para separar las estructuras tipo L.
En un modelo sismorresistente también se recomienda eliminar los techos inclinados en los niveles superiores, ya que éstos contribuyen a aumentar la carga lateral de la estructura.
Desde hace tiempo, diversos sectores han expresado su preocupación por la resistencia de los planteles escolares en caso de sismos, debido a que en las experiencias recientes han sido las edificaciones más afectadas.