WASHINGTON, (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció hoy un ambicioso programa multidisciplinar que, con una inversión inicial de 100 millones de dólares, pretende lograr un mapa del cerebro humano que pueda ayudar a curar enfermedades como el Alzheimer o la epilepsia.
«La nuestra es una nación de soñadores, de gente que se arriesga», afirmó Obama en el Salón Este de la Casa Blanca ante una audiencia entre la cual se contaban varios de los científicos y empresarios enrolados en esta aventura, entre ellos el investigador español Rafael Yuste.
«Ahora es el momento de alcanzar un nivel de investigación y de desarrollo que no se ha visto desde los tiempos más intensos de la carrera espacial», añadió el presidente.
«Los computadores, internet y otros avances germinaron con la financiación del Gobierno, y el próximo gran proyecto de Estados Unidos es la iniciativa del cerebro», subrayó Obama.
Oficialmente conocida como Investigación Cerebral mediante Neurotecnologías Innovadoras de Vanguardia (o BRAIN por su sigla en inglés), la iniciativa tiene una asignación de algo más de 100 millones de dólares en el proyecto de presupuesto para el período fiscal 2014 que el Gobierno de Obama divulgará este mes.
En el comienzo del programa, y si Obama obtiene el apoyo del Congreso, los Institutos Nacionales de Salud gastarán unos 40 millones de dólares, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (DARPA) del Departamento de Defensa tendrá otros 50 millones, y la Fundación Nacional de Ciencias dispondrá de 20 millones de dólares.
Entre los fines de la iniciativa lanzada hoy destaca ayudar a los científicos a encontrar maneras de tratar, curar e incluso prevenir enfermedades como el mal de Alzheimer o la epilepsia, o reparar los daños traumáticos sufridos por el cerebro.
«Hemos hecho avances científicos y tecnológicos asombrosos en apenas pocas décadas, pero todavía no hemos desentrañado el misterio de los 1.300 gramos de materia entre nuestras orejas», señaló Obama. «Hay allí 100.000 millones de neuronas que hacen billones de conexiones».
El mandatario ya había anunciado su decisión de lanzar un programa de exploración cerebral durante su discurso sobre el Estado de la Unión, el 12 de febrero, cuando refiriéndose a otra iniciativa parecida, afirmó que «cada dólar invertido en el Proyecto del Genoma Humano ha rendido 140 dólares en beneficios económicos».
El Gobierno de EE.UU. invirtió 3.800 millones de dólares en el Proyecto del Genoma Humano a lo largo de 13 años y algunos analistas calculan que sus resultados generaron unos 796.000 millones de dólares en actividad económica.
Entre los científicos al frente del Proyecto BRAIN se cuenta el español Rafael Yuste, un profesor de ciencias biológicas y neurociencias de la Universidad de Columbia (UC), en Nueva York.
Yuste fue el autor principal de un artículo publicado en junio de 2012 por la revista Neuron en el que bosquejó la iniciativa sobre la base del trabajo que ha realizado durante 16 años en Columbia, donde es codirector del Instituto Kavly para Ciencia Cerebral.
La iniciativa arrancó en una conferencia de neurociencias en 2011 en Inglaterra donde Yuste propuso un esfuerzo de gran magnitud y coordinado para el desarrollo de tecnologías para el estudio de la actividad del cerebro y para «medir cada chispa de cada neurona» en un circuito neural.
El estudio de las complejas estructuras neurales del cerebro podría combinar herramientas tradicionales como la imagen de resonancia magnética con tecnologías novedosas como los nanosensores y las sondas inalámbricas de fibra óptica implantadas en el cerebro, o células modificadas genéticamente que puedan conectarse con células del cerebro para registrar su actividad.
Ralph Greenspan, el otro codirector del Instituto Kavli para el Cerebro y Mente en la UC, apuntó que «el plan de mapa cerebral es diferente del plan del genoma en el sentido de que la cuestión es mucho más intrincada».
«Fue muy fácil definir cuál era la meta del proyecto del genoma humano -comentó-. En este caso tenemos una cuestión más difícil y fascinante: ¿cuáles son los patrones de actividad en todo el cerebro y, en última instancia, cómo es que tienen un efecto?».
Además de las nuevas nanotecnologías, el plan movilizará la enorme capacidad de procesamiento, análisis y combinación de datos en los computadores. Entre los participantes de la planificación se cuentan firmas como Google, Microsoft y Qualcomm.
La iniciativa también tiene sus críticos.
«Una cosa es que se asignen fondos para la neurociencia. Otra cosa es que tengamos un proyecto centralizado de diez años para ‘resolver el cerebro'», escribió en su blog el biólogo Michael Eisen, de la Universidad de California.