El Departamento de Estado estadounidense calcula que esos cambios afectarán solo «a una fracción del 1 por ciento de las más de 13 millones de solicitudes de visado» que recibe anualmente en sus embajadas de todo el mundo, aseguró a Efe un portavoz de esa agencia, William Cocks.
En concreto, serían alrededor de 65.000 -según el Departamento de Estado- los afectados anualmente por la nueva política, que fue aprobada por la Casa Blanca el pasado 23 de mayo y comenzó a implementarse el 25 de mayo por un periodo renovable de seis meses.
La medida responde a una orden emitida el pasado 6 de marzo por el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que exigía que se endureciera el escrutinio de los solicitantes de visado en el extranjero, con el fin de bloquear la entrada a posibles terroristas y otras personas que pudieran amenazar la seguridad nacional.
«El Departamento de Estado ha empezado a recolectar información adicional de los solicitantes de visado en todo el mundo cuando un funcionario consular determine que se requiere esa información para confirmar su identidad o para llevar a cabo un escrutinio más riguroso relacionado con la seguridad nacional», afirmó Cocks.
El cuestionario, al que tuvo acceso Efe, pide a los solicitantes proporcionar los nombres de usuario que han usado en todo tipo de redes sociales en los últimos cinco años, así como sus direcciones de correo electrónico y sus números de teléfono en el mismo periodo.
También les exige precisar los números de todos sus pasaportes anteriores, los nombres y fecha de nacimiento de sus familiares, y los datos de sus empleadores en los últimos 15 años, así como los países que hayan visitado y todas las direcciones en las que hayan vivido en ese mismo periodo.
El Departamento de Estado ya pide a todos los solicitantes de visado en todo el mundo su información de contacto, su historial de viaje, sus direcciones previas y detalles sobre sus familiares, pero para un periodo mucho menor al del nuevo cuestionario.
Y este año, Estados Unidos comenzó a pedir a los viajeros sometidos al programa de exención de visado «visa waiver» a que proporcionen de manera voluntaria los nombres de sus cuentas en redes sociales para aumentar los controles.
El nuevo cuestionario para solicitantes de visado también es supuestamente voluntario, aunque el Departamento de Estado advierte en el mismo que «no proporcionar la información requerida puede retrasar o impedir el procesamiento de la solicitud» de visado.
El cambio ha generado críticas de organizaciones como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), una de las más críticas con las medidas de Trump para endurecer los controles migratorios, que consideró el nuevo cuestionario «invasivo» y parte del «ataque a los inmigrantes» del nuevo Gobierno estadounidense.
«El Gobierno ha añadido estas preguntas sin claridad de a quiénes o cuándo se aplicarán, lo que probablemente resultará en instancias de discriminación por aspecto físico», opinó el director de política nacional de ACLU, Faiz Shakir, en un comunicado.
La medida también plantea «preocupaciones sobre privacidad y libertad de expresión», agregó el activista.