Rane Johnson.
San Francisco (EEUU). El miedo al fracaso, los estereotipos culturales y la falta de confianza son algunos de los factores que explican la escasa presencia femenina en el mundo de la alta tecnología, según la directora de Investigación de Microsoft, Rane Johnson.
Los datos del Centro Nacional de la Mujer para la Tecnología de la Información (NCWIT) muestran que sólo el 18 % de los graduados en informática en EEUU son mujeres, lo que propicia el dominio masculino en Silicon Valley.
En Google, por ejemplo, solo el 17 % de los empleados son mujeres, una situación que se repite en Twitter, Apple, Facebook y la propia Microsoft. “No somos lo suficientemente diversos y eso lastra la innovación”, dijo Johnson en entrevista con Efe, y aseguró que la empresa busca mejorar no solo la diversidad de género, sino también la “étnica, geográfica, de pensamiento”. “Todos nos criamos de forma distinta, en lugares distintos y en función de cómo crecimos y aprendimos nuestra forma de plantear preguntas es distinta”, afirmó la ejecutiva de Microsoft, quien cree que el tener más mujeres, y en general equipos más diversos, “permite innovar a otro nivel”.
“Y ese es el motivo de que yo tenga el maravilloso cometido de incrementar el número de mujeres y grupos infrarrepresentados en el campo de la investigación, la ciencia, la ingeniería y la informática”, explicó Johnson, quien ha centrado su energía en estimular el interés de las adolescentes y universitarias en la programación.
Para lograrlo ha tratado de entender primero por qué las niñas tienen menos interés en ese campo y qué lleva a muchas jóvenes a tirar la toalla tras empezar sus estudios informáticos universitarios. Johnson entrevistó a unas 600 jóvenes.
“Las niñas me comentaron cosas como ‘cuando hay un problema tecnológico en casa, el teléfono móvil no funciona o internet no funciona, mis padres siempre le preguntan a mi hermano cómo arreglarlo y no a mí, y luego mi hermano viene y me pide que lo ayude y después él ayuda a papá y mamá’”, dijo Johnson.
“Sabemos, por supuesto, que los padres no quieren desanimar a sus hijas y es algo que tiene que ver con estereotipos del pasado que hace que nos salga de manera automática el preguntar a nuestros hijos”, insistió. Mencionó que entre los motivos desalentadores para las jóvenes figura también el que los primeros años de estudios de informática son muy abstractos, el trabajo es a menudo individual e involucra fracasar muchas veces.
Además, las jóvenes de hoy en día quieren tener un impacto y durante esos primeros años de educación no entienden que se pueden resolver muchos problemas con la tecnología.
Para lograr que las niñas, adolescentes y universitarias pierdan el miedo a programar, descubran que no es algo abstracto y se sientan inspiradas por otras chicas como ellas, Johnson creó una competición informática internacional exclusivamente femenina. La segunda edición se celebró de forma consecutiva durante un fin de semana de abril en 50 localidades de 11 países con la participación de 2.500 mujeres.
Por lo demás, Johnson considera “crucial” el cambiar el mensaje y hablar del impacto que pueden tener las mujeres si persiguen una carrera en informática. “Cuando uno piensa en el campo de la medicina, en la búsqueda de una cura al Alzheimer y la demencia, el sida o el cambio climático, lo que va a ayudar a encontrar soluciones es la tecnología”, subrayó. “Eso es lo que tenemos que transmitir. Eso, y el hecho de que la informática es un campo creativo y divertido que ofrece muchas oportunidades”, concluyó.
El Departamento de Trabajo de EEUU calcula que para el año 2020 habrá más de 1,4 millones de trabajos relacionados con el campo de la computación pero al ritmo actual sólo se podrán cubrir un 30 % de esas plazas con licenciados universitarios estadounidenses. Google es otra de las empresas que trata de reducir la disparidad de género, con el lanzamiento en junio de la iniciativa “Made with code”, que destinará 50 millones de dólares a incrementar el número de mujeres programadoras.
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