Al menos 12 municipios de las regiones de Tierra Caliente y norte de Guerrero fueron intervenidos el domingo por el Ejército, la Policía Federal y la Marina Armada de México; quienes decomisaron las armas y equipos de radiocomunicación a los cuerpos policiales de estas localidades.
La desaparición de 43 estudiantes normalistas presuntamente a manos de policías municipales junto a miembros de una banda criminal generó indignación y distintas protestas que han puesto llamado la atención del presidente Enrique Peña Nieto.
La información fue confirmada por el jefe de la Comisión Nacional de Seguridad, Alejandro Rubido, quien manifestó que se identificaron irregularidades dentro de los cuerpos policiales de estas entidades: situación que «permite presumir nexos entre elementos de seguridad pública y miembros de la delincuencia organizada«.
Rubido recalca que «la policía federal con el apoyo del Ejército mexicano será la institución encargada de brindar la seguridad pública».
Los policías municipales de las regiones que han sido tomadas por fuerzas federales serán trasladados a la región militar de Mazatlahuac, Tlaxcala, ubicada en la región central del país; para practicarles pruebas de control y confianza.
En todos los sitios el procedimiento aplicado fue el desarme de los agentes locales; para que los policías sean sometidos posteriormente a nuevas evaluaciones.
Aparte de llevar a los funcionarios municipales a las instalaciones militares, sus armas también fueron confiscadas y puestas a disposición de la Fiscalía General para su revisión y práctica de pruebas de balística para determinar si están involucradas en actos ilícitos.
Los municipios del estado de Guerrero donde las fuerzas federales se harán responsables de brindar seguridad son Apaxtla, Arcelia, Buenavista de Cuéllar, Coyuca de Catalán, Ixcateopan, Pilcaya, Taxco de Alarcón, Tlepehuala, Teloloapan, Cocula, Iguala, Altamirano; y del Estado de México, Ixtapan de la Sal.