Reportaje A Fondo
El acto terrorista del 11 de septiembre en las torres gemelas de Nueva York ha dejado una gran deuda de sangre de este método de lucha con la República Dominicana.
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Por Elba García
No se sabe con exactitud cuántos dominicanos murieron en las torres gemelas de Nueva York, aunque lo cierto es que fueron más de 100 las victimas de criollos que se fueron al más allá sin saber que les tocaba perder la vida de una forma tan cruel.
El día de esa terrible tragedia este periódico era impreso y circulaba como diario en la ciudad de Nueva York y en consecuencia pudo ser testigo de primera mano de lo que significó esa descabellada acción que acabó con la vida de miles de personas.
No le importa que tan inocente sea su víctima y que poco tenga que ver con la causa que lo lleva a cometer semejante salvajismo, pero lo cierto es que son muchos los fundamentalistas que piensan que el terrorismo es la forma más idónea de rechazar las ideas y hasta los intereses de sus contrarios.
El atentado terrorista del 11 de septiembre cambió el mundo para siempre, porque de alguna manera ha servido de excusa hasta para lesionar derechos fundamentales, como por ejemplo la privacidad, porque a partir de ahí nada ha estado vedado a aquellos que sobre la base de combatir a este distorsionado método de lucha entran en el terreno de lo intocable de la gente.
La República Dominicana tiene un gran compromiso de recordar a los más de cien dominicanos que murieron en las torres gemelas, porque la comunidad en el exterior le da vida al país, a sus familias y es, sin lugar dudas, el recurso más importante para evitar el colapso total de la nación.
Sería de justicia que el Gobierno de la República Dominicana levante algún monumento en su honor, el cual serviría como homenaje al que se va del país para someterse a grandes sacrificios para mejorar las condiciones de vida de los suyos.
Los dominicanos que un día toman un bultito y se van a buscar mejor suerte en tierras que tienen una serie de adversidades en su contra, como el idioma y los prejuicios propios de países donde ser mulatos o negros constituye en la práctica un gran delito, merecen el mejor de los reconocimientos.
El atentado terrorista del 11 de septiembre del año 2001 nos tocó de manera muy especial a los dominicanos y en tal virtud debe ser una fecha para rendir tributo a una comunidad que sin exigir nada a cambio lo da todo en favor de su país.