El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el cambio climático y que de igual modo lo han hecho otras entidades especializadas en el tema, presenta un panorama muy amenazador para los países que carecen de políticas públicas para contrarrestar el fenómeno por un asunto de falta de planificación.
Es importante que el dominicano se focalice en el impacto que tiene y tendría el cambio climático en su territorio a partir de la gravedad del problema, ya que por una razón profundamente cultural en el país no hay planes absolutamente para nada.
Y los problemas se ven venir sobre el país, pero nadie elabora planes para que la desgracia sea menor.
Recientemente la nación tuvo una experiencia amarga porque desde hace décadas se habla del drenaje pluvial, pero no ha habido un solo gobierno de los tantos que registra la historia moderna que haya hecho algo aun después de que llega la desgracia.
Imagínense lo que implicaría para el país los efectos del cambio climático visto desde la perspectiva de los organismos internacionales especializados en el tema, sobre todo si a eso se le agrega la histórica falta de planificación que nos afecta desde los tiempos de la colonia.
La República Dominicana no hace planes para nada, no hay un solo sector de la gestión pública que conciba un proyecto a largo plazo para acabar con la mayoría de las falencias que caracterizan al Estado.
Todas las naciones como la República Dominicana que adolecen del mencionado síndrome, se puede asegurar que prácticamente colapsarían frente a las consecuencias que arrastra el cambio climático en el mundo.
Desde ya el país tiene todos su ríos, lagos y arroyos contaminados, al borde de la desaparición, por la carencia de políticas públicas que garanticen la preservación del medioambiente, pese a lo dispuesto por la Constitución de la República y las leyes adjetivas sobre la materia.
En el país no ha surgido el primer gobierno que tenga planes para, por ejemplo, resolver el problema de la contaminación ambiental con efecto invernadero como consecuencia de un parque vehicular fundamentado en combustibles fósiles.
Pero lo propio habría que preguntarse con otras problemáticas sociales, como los feminicidios, los embarazos en adolescente y el monstruo de mil cabezas del consumo y tráfico de drogas.
Mucho se puede hablar de políticas migratorias, pero es poco lo que se hace, aunque todos los días este tema se aborda a todos los niveles en virtud de la llegada al país por razones socioeconómicas de miles y miles de haitianos.
En realidad, la República Dominicana está ante grandes amenazas por una serie de razones, incluido el cambio climático y la falta de planificación de los que tienen la responsabilidad de diseñar políticas públicas para contrarrestar el problema.
Sin embargo, el país está cubierto por sus cuatro puntos cardinales de politiquería y de una enorme cantidad de partidos políticos, conformados por ¨¨vividores¨¨, que solo buscan pegarse de la teta nacional, aunque se hunda la isla.