De portada
El control del pánico del votante determinaría el impacto del coronavirus en elecciones municipales.
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En la República Dominicana hace apenas horas que se anunció la aparición del primer caso de coronavirus, que se trata de un ciudadano italiano que ingresó al país el pasado día 19, pero que como se ha visto en otros lugares del mundo la tendencia después de su detección es a un aumento de las personas contagiadas.
En el país nadie puede sorprenderse que lo que ha sido definida como una pandemia aumente exponencialmente en el curso de las horas o los días, porque se trata de una nación que su principal renglón de la economía está asociada al turismo, donde llegan personas de muchos lugares del mundo.
Ese muy posible aumento vertiginoso de personas afectadas podría convertirse en un daño muy notable en la economía, ya que serán muchos los que desistirán de venir a vacacional al país hasta tanto pasen los peligros de contraer la enfermedad, pero también el coronavirus podría constituirse en un revés muy dañino para la democracia.
Las alarmas que crea el coronavirus en un país que se vive de las alarmas fundamentadas en rumores se constituye en un elemento muy destructivo, dado que cuando aparezca un nuevo caso la gente comienza a hacer correr la versión de que se trata no de uno, sino de muchos más.-
Así el pánico se apropia de la gente y la mayoría prefiere tomar medidas de precaución como no exponerse en lugares donde hay grandes cantidades de personas y las consecuencias son definitivamente muy dañinas para la democracia, la cual viene con dificultades que tienen que ver con una suspensión de unas elecciones que ha creado un ambiente de total rechazo a lo ocurrido.
Se podría asegurar que la aparición del coronavirus en el país va a sacar a la gente de sus protestas por los temores que se apropian de ella de que corre el riesgo de ser víctima de la enfermedad, pero todo va a depender de que tanto las autoridades no hagan el trabajo para aumentar la preocupación en los ciudadanos.
La posibilidad de que así sea son mayores cuando habría que tomar en cuenta la forma en que usan sectores interesados las redes sociales, por cuyo conducto se difunden una inmensa diversidad de rumores que no obedecen a la verdad.
Son muchos los que asumen esas versiones como ciertas y las reproducen y en consecuencia se genera un pánico general que lleva a la gente a sólo pensar cómo protegerse de lo que parece ser una amenaza a su vida.
En la actualidad el coronavirus continúa su expansión por el mundo, dejando a su paso miles de contagiados y de víctimas mortales, sin que pueda sobestimarse el peligro que implica, pero sin que se llegue a una irracionalidad que el mismo sea utilizado como una arma para evitar que muchas cosas que deben ocurrir, no se produzcan.
La República Dominicana en estos momentos está amenazada, no sólo por los alcances y a la velocidad que se expande el coronavirus, sino por una debilidad institucional que pone en peligro nuevamente la celebración, con una masiva participación, de una contienda electoral que juega un importante papel en la democracia.
En estos momentos no existe todavía una alarma generalizada por el coronavirus, pero desde que aparezcan un par de casos más, la gente se focalizará en preservar su salud y no contagiarse que en cualquier otra cuestión que entra en un plano secundario como las elecciones municipales extraordinarias del próximo 15 de marzo.