Editorial
El Descaro de un Goliat en su afán de ser David.
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Leonel Fernández, a propósito de su intención de querer regresar al poder, ha querido recurrir a esta historia, que no tiene ninguna similitud con lo que el expresidente quiere comparar.
Tanto Leonel como Danilo han sido dos Goliats, pero no David, porque ambos han usado el poder hasta más no poder para causarle mucho sufrimiento al pueblo dominicano.
Leonel desde su llegada al poder de la mano de Joaquín Balaguer siempre se ha comportado como un Goliat, tanto es así, que hasta manipuló la justicia para que favoreciera a sus corruptos funcionarios en detrimento de una nación que sólo sufre y padece los malos gobiernos como los que él ha encabezado.
Pero estas comparaciones y manipulaciones de Leonel no son nuevas, porque nadie de seguro olvida cuando este aspirante era entrevistado en el extranjero y sus palabras describían un país totalmente diferente al dominicano.
Hablaba de unos logros que el que lo veía por la televisión creía que no hablaba de la República Dominicana, sino de cualquier país de los más desarrollados de Europa.
Leonel ha demostrado que es un especialista en vender una percepción muy lejos de la realidad, a unos extremos que la consigna en su primer gobierno era convertir el país en un Nueva York chiquito.
Es experto en la retórica política que estafa a la gente, como lo hace ahora con el uso de la historia bíblica entre Goliat y David, pese a que él como su contrincante Danilo Medina si en algo se parecen a esos personajes es en que ambos representan el poder y la fortaleza.
Leonel debía hablar de una lucha entre dos Goliats, que de la nada se convirtieron en presidentes de la República para golpear con políticas económicas al pueblo dominicano, sumergiéndolo en un mayor sufrimiento y pobreza.
El descaro de Leonel lo lleva a querer proyectarse como David, cuando en realidad se trata de otro Goliat, pero no cualquier Goliat, mucho peor y mas peligroso que el de la historia bíblica.
Un Goliat que pretende ahora mediante su discurso simulador, ser David