Era un experimentado alpinista que había llegado el sábado a la región argelina de la Cabilia
ARGEL.- El asesinato del ciudadano francés Pierre Hervé Gourdel a manos de los yihadistas Soldados del Califato, aliados del Estado Islámico (EI), supone la aparición en el Magreb de este grupo terrorista escindido de Al Qaeda que hasta ahora se había limitado a actuar en Siria e Irak.
El presidente francés, François Hollande, confirmó desde Nueva York (donde asiste a la 69ª Asamblea General de la ONU) el asesinato «vil y cruel» de Gourdel.
Poco antes se había difundido en las redes sociales un vídeo en el que un yihadista aparecía con la cabeza del francés en la mano tras leer una proclama contra Francia.
Gourdel, de 55 años de edad, era un experimentado alpinista que había llegado el sábado a la región argelina de la Cabilia, en la que actúan desde hace años los grupos terroristas islámicos.
Al día siguiente de llegar, y cuando practicaba senderismo con unos compañeros argelinos, un grupo armado los interceptó y se lo llevó con rumbo desconocido, sin mostrar el menor interés por los argelinos, a los que dejó libres.
El lunes, un grupo casi desconocido llamado Yund al Jilafa (Soldados del Califato), que recientemente habían proclamado su lealtad al Estado Islámico de Abubakr al Baghdadi, y supuestamente su ruptura con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), anunció que tenía en su poder a Gourdel y lo mostró en un vídeo.
Exigió a Francia que cesara todas sus operaciones contra el EI en Irak y Siria en un plazo de 24 horas que expiraba anoche; de lo contrario, ejecutaría a su rehén.
«No cederemos a ningún chantaje, a ninguna presión, a ningún ultimátum -dijo entonces Hollande- Ningún grupo terrorista podrá influir en la seguridad ni en la libertad de Francia», y prometió que París continuaría prestando su apoyo a las autoridades iraquíes en alusión a sus combates contra el EI.
En el último vídeo colocado hoy por los terroristas en la red, en el que se muestra a Gourdel arrodillado ante sus captores y posteriormente decapitado, el rehén es obligado a pronunciarse contra su presidente: «Hollande, has seguido al borrico de Obama».
Tras él, un yihadista de los cinco que lo escoltan toma la palabra, vuelven a proclamar su lealtad al «califa» Abubakr al Bagdadi, líder del EI, y asegura que con la muerte del francés «inmundo» quieren «vengarse» de sus «víctimas mortales en Argelia».
«Francia vuelve de nuevo con un nuevo disfraz, no solo en Mali, sino también en Argelia», señalan los captores de Gourdel con la habitual retórica yihadista, todos encapuchados y portando fusiles.
En Irak, un «portavoz» del EI identificado como Abu Mohamed al Adnani lanzó los pasados días un llamamiento a sus simpatizantes para atacar a los «infieles americanos o europeos, y en particular a los malvados y sucios franceses».
El gobierno argelino, que envió a un numeroso contingente de soldados del ejército y de paracaidistas para peinar la zona de Tizi Uzu, no se ha pronunciado hasta el momento oficialmente sobre el asesinato de Gourdel, y solo fuentes no identificadas han confirmado a algunos medios locales que están en busca de su cadáver y persiguiendo a sus captores.
La Cabilia argelina, donde sucedieron los hechos, es una zona montañosa y boscosa, abundante en grutas, donde desde hace muchos años actúan grupos islamistas radicales que atacan con cierta frecuencia a patrullas del ejército.
La violenta irrupción del EI a través de su «marca magrebí» es la primera que se registra fuera de sus «dominios» de Irak y Siria, y podría significar un cambio en las alianzas de los grupos yihadistas presentes en la región del Sáhara y el Sahel, desde Argelia hasta Mali, antes aliados de Al Qaeda. EFE