Periodismo Interpretativo
El falso pesimismo de los dominicanos
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¿Cuáles son sus expectativas y su visión del porvenir?
Más de un viajero extranjero del siglo XIX, como señala más de un autor, ve a los dominicanos en ánimo perezoso y venido a menos.
Más de un dominicano ilustre lo declara injustamente holgazán y pesimista sin detenerse sobre causas y efectos, condiciones materiales y realidades históricas.
No hay razones para creer que los dominicanos son seres diferentes a cualquier otro ser humano de cualquier otro lugar del mundo.
Sin embargo, cada pueblo tiene sus particularidades.
El psiquiatra Fernando Sánchez Martínez, analiza en la obra “Psicología del pueblo dominicano,” de 394 páginas, con cierta extensión histórica y aproximación académica contemporánea, el fenómeno de los que juzga los errores de apreciación relacionados con el “pesimismo nacional”.
Juzga que la apreciación de que los pensadores dominicanos son pesimistas es falsa.
Cree que se trata en cambio de una manipulación que se ha ido colando por los intersticios del tejido social, de manera que se repite el argumento sin mediar ningún tipo de crítica previa.
El pesimismo nacional ha sido analizado por muchos autores más entre ellos Juan Bosch en el siglo xx y José Ramón López en el siglo XIX.
Se trata en realidad de una visión subjetiva, nacida en las cercanías de una potencia militar e industrial como Estados Unidos que tiende a imponer sus puntos de vista económicos, culturales y políticos a las naciones llamadas ahora emergentes.
El otro factor es la escasa instrucción, por obra de la aún más escasa voluntad política, de la mayoría de los dominicanos lo cual tiende a crear una suerte de fatalismo sobre el devenir y asimismo a glorificar a los pueblos más desarrollados.
La formación, la escasa alimentación, las condiciones poco dignas de millones de personas en un conglomerado tiene derivaciones negativas sobre su estado de ánimo, sobre su espíritu para evolucionar y además, viniendo como vienen los dominicanos de una herencia providencialista, se hace aún más compleja la inserción en la modernidad.