De portada
Gobierno con unas improvisaciones que marcan de forma especial su paso por la administración pública.
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La vicepresidenta de la República, Raquel Peña, ha anunciado una decisión del Gobierno de poner una tercera dosis contra el Covid-19, sin que la medida esté avalada en alguna investigación científica.
Nadie sabe, incluido los especialistas en la materia, qué motiva a las autoridades a anunciar una tercera dosis de la vacuna sin todavía haber terminado de inmunizar con la primera y la segunda a toda la población dominicana.
De acuerdo a lo que se ha podido establecer todavía no hay ningún otro país que haya decidido semejante medida sanitaria, aunque tal vez llegue un momento que sea necesaria por el surgimiento de nuevas cepas y más contagiosas de la enfermedad, como por ejemplo la india conocida como Delta.
El anuncio de Raquel Peña, quien no es médico ni tiene especialidad en salud, parece ser precipitado porque por el momento no hay ninguna otra nación que haya tomado semejante decisión y mucho menos los laboratorios que fabrican la vacuna, lo cual, entonces, constituye una de las tantas cosas no bien pensadas que hace el Gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Muchas personas piensan que la decisión de la vicepresidenta tal vez esté llena de buenas intenciones, pero ello no quita que la misma sea hija de la improvisación y que carezca de base científica, ya que la República Dominicana no es la mejor fuente para recomendar tal cosa.
Pero como en la República Dominicana todo está contaminado con la politiquería y el deseo de hacer negocios ventajosos con el Gobierno, habría que asumir que la medida se inscribe en el primer caso, que se busque ganar capital político con mostrar un exceso de interés de que se piense que las autoridades están preocupadas por la salud de la población.
Porque cuál podría ser la motivación si ninguna otra nación del mundo ha hablado del asunto y las farmacéuticas que conocen con detalles de estos menesteres no se han referido a los beneficios que podría generar una tercera dosis, que la vicepresidenta recomienda que sea diferente a las dos primeras recibidas.
La cuestión ha generado todo un debate en los diferentes sectores que conforman la vida nacional y cuyos principales intervinientes en el mismo son precisamente los especialistas en la materia, quienes, aunque no descartan que pueda ser necesaria, no le encuentran ninguna justificación científica a la medida.
El presidente de los Estados Unidos, principal potencia del mundo, ha advertido sobre la peligrosidad de la nueva cepa que procede de la India y que lleva como nombre Delta, pero en ningún momento ha hablado de inmunizar con una dosis adicional a su población.
Lo propio debe decirse de las grandes naciones europeas, las cuales ya van muy avanzadas en lo referente a la inoculación de sus poblaciones, pero ninguna ha hablado de una tercera dosis, entonces cómo puede justificar el Gobierno dominicano semejante decisión.