EFE
TRÍPOLI. El Gobierno libio en Trípoli respaldado por la ONU ha ordenado la apertura de una investigación sobre el reportaje de televisión acerca de la venta de inmigrantes subsaharianos en una subasta en un barrio del sur de la capital.
Fuentes próximas a ese Ejecutivo, que controla apenas un 25 por ciento de Libia, dijeron a Efe que algunas responsabilidades ya han sido depuradas e insistieron en que se llevará ante la justicia a los responsables de un acto inhumano que recuerda a los años de la venta de esclavos en el continente africano.
El viceprimer ministro del llamado Gobierno de Acuerdo Nacional, Ahmed Maitig, expresó en la red social Facebook “su tristeza” al respecto y confirmó que ha encargado a una comisión investigar el asunto, “con el fin de capturar y someter a los responsables a la justicia”.
Más combativo, el portavoz de las Fuerzas Navales libias, general Kasem Ayub, instó a escuchar a todas las partes implicadas en el problema de la inmigración irregular en Libia, ya que, en su opinión, el fenómeno es mucho más complejo, con numerosos ángulos.
Mientras, el ministro de Justicia, Mohamed Abdelwahed, manifestó sus dudas sobre la veracidad de las imágenes difundidas hace una semana por la cadena estadounidense CNN e insistió en que, en caso de que sean reales, “esas personas y milicias no representan al Estado”.
“El Código Penal de Libia castiga estos actos con pena de prisión de al menos cinco años”, recordó.
En la misma línea se pronunció un portavoz del departamento de Exteriores, quien dijo a medios locales que “todo el mundo sabe que en los últimos años varios vídeos difundidos en canales internacionales resultaron ser falsos”.
Las imágenes, en las que se ve a un hombre que pone precio a un grupo de subsaharianos y después explica a la periodista infiltrada cómo se realiza el procedimiento, han desatado una ola de protestas en toda África.
Gobiernos como los de Mali y Níger, países fronterizos con Libia, han exigido a las autoridades en Trípoli disculpas y una investigación que sirva para acabar con lo que parece una práctica habitual en varias zonas del país.
También el secretario general de la ONU, António Guterres, “horrorizado” por la supuesta venta de esclavos, exigió una investigación urgente para llevar a los responsables ante la justicia y alertó de que estas acciones “están entre los abusos más atroces de los derechos humanos y pueden suponer crímenes contra la humanidad”.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera militarmente a la victoria de los rebeldes sobre la dictadura de Muamar el Gadafi.
Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el bastión principal de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 158.000 inmigrantes han logrado llegar este año a las costas de Europa, mientras que 2.982 se han dejado la vida en el mar.