El Gran Dolor del PRM.

Por José Cabral

Los dirigentes y ahora también funcionarios del Gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) se sienten muy dolidos con que se haya escogido un procurador general de la República que no responda a sus intereses partidarios.

El malestar lo he escuchado en muchos perremeístas, lo cual parece un contrasentido, porque si algo puede exhibir el PRM es el hecho de perseguir a todo el que se ha apropiado de dinero del erario nacional.

Me atrevo a afirmar que si el Ministerio Público estuviera bajo el control de un perremeísta otra fuera la historia, porque muchas veces o casi siempre no se persigue la corrupción administrativa porque llevar al banquillo de los acusados a los depredadores del patrimonio público se convierte en un dique de contención para el que pretende hacer lo mismo.

La persecución de la corrupción no es un logro per se del Gobierno de Luis Abinader, porque esa fue una demanda de la ciudadana, pero nadie puede negar de que se trata de un valor agregado a unas autoridades con muchas debilidades.

El PRM ha dejado claro que no tiene una visión diferente a la de los otros partidos políticos, pero por lo menos guarda las apariencias y al final de la jornada hasta le saca beneficios a la persecución de los que se han apropiado de los recursos públicos.

Naturalmente, la queja de los perremeístas es parte de la poca o pobre formación de los dirigentes y miembros de esta organización, la cual en realidad no tiene planes claros y estratégicos con la República Dominicana.

Así queda explicada la defensa de ese partido a gente muy cuestionada en el Gobierno, como por ejemplo el empresario Lisandro Macarrulla, quien no es de nadie, sino de sus intereses económicos grupales y personales.

Las quejas en contra del Ministerio Público independiente siempre van a existir en todos los partidos, porque no hay uno que se pueda sacar porque no esté contaminado con el pantano de la politiquería, pero serán mayores en el PRM porque éste el que tiene la oportunidad de disfrutar de las llamadas mieles del poder.

El dolor con un Ministerio Público independiente es el resultado de que en la República Dominicana hay sectores que no quieren el adecentamiento de la vida pública y privado de la nación y  es bueno además  que se tenga claro que la  corrupción administrativa  es una cultura nacional.