El jefe de la Policía asegura que trabajará para desarrollar una gestión distinta al viejo modelo policial que aun impera –
El mayor general Manuel Castro Castillo, en el centro, asumió la jefatura de la Policía el pasado miércoles –
A juzgar por su discurso, el nuevo jefe policial parece inaugurar un nuevo estilo de dirección ajustado a las directrices del presidente Danilo Medina.El mayor general Manuel Castro Castillo llega a la Jefatura casi un año después de Danilo Medina a la Presidencia.
Castro Castillo, de origen humilde, pero con buenas relaciones con gente clave del poder, intenta aplicar un lineamiento de dirección que en nada se parece al modelo de Policía tradicional que conoce la sociedad dominicana.
El mismo día en que fue posesionado como jefe de la Policía Nacional, Castro Castillo trazó la línea que podría distinguirlo y diferenciarlo de sus antecesores.
Dijo que va a desempeñar su gestión “sin amigos y sin enemigos”, una expresión que dejó a muchos perplejos, principalmente a los más de 15 generales que estaban en su despacho acompañándolo en aquel momento que Castro Castillo tanto esperó.
En lo inmediato, algunos no comprendieron sus palabras. El murmullo de policías e invitados no se hizo esperar, sobre lo que quiso decir el nuevo jefe del cuerpo del orden público. Pero minutos después todos parecían haber descodificado aquel contundente mensaje.
“Tenemos que romper con estos prejuicios para lograr producir un cambio de cultura a lo interno de la institución, porque si no hay un cambio de cultura difícilmente se produzca la reforma (policial)”, advirtió.
“Abro los brazos, para que todos los miembros de la Policía Nacional con posición de mando que se sientan compromisarios a producir y a trabajar por la reforma que exige y se merece el pueblo dominicano, que sean parte de nuestra jefatura”, sostuvo Castro Castillo, tras recibir el mando policial del exjefe José Armando Polanco Gómez, en un acto encabezado por el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul.
Pero en medio de su discurso a modo de arenga, Castro Castillo le tendió una mano amiga a los que estén dispuestos a asumir lo que parece ser un nuevo estilo en la manera de dirigir la principal institución responsable de la seguridad ciudadana en el país.
Un hombre discreto
Los que conocen a Castro Castillo lo definen como un hombre calculador y prudente. De poco hablar o más bien inclinado a decir lo necesario.
Es un agudo investigador en materia criminal. Uno de los más aventajados en esa complicada labor, comentan muchos.
Su larga trayectoria le confiere el don de la sabiduría que requiere el cargo que ostenta desde el pasado miércoles, cuando fue juramentado por el presidente Medina, quien a su vez nombró como asesor a Polanco Gómez, y dejó sin funciones al también otrora jefe policial, Rafael Guillermo Guzmán Fermín.
A diferencia de otros exjefes, a Castro Castillo no se le encasilla como miembro de ningún clan dentro de esa institución, que cabe destacar ha sido fundamental o determinante al momento de impulsar a un general para alcanzar la más alta posición en la Policía Nacional.
Donde sí se sitúa al mayor general Castro Castillo es en el grupo de generales con influyentes padrinos políticos anclados en la estructura de poder.
Y fueron estos padrinos los que, de acuerdo a versiones que circulan en la propio Policía, jugaron un papel de primer orden para que Castro Castillo materializara un sueño que venía acariciando, mucho tiempo antes de que en febrero pasado las malas lenguas lo nombraron como jefe policial, cuando quizás su decreto aun no estaba contemplado.
El nuevo titular de la Policía Nacional se mantuvo siempre en bajo perfil. Cuando viajaba a la capital desde La Romana, donde está la sede de la Regional Este que dirigió hasta su reciente designación, se le veía caminar en silencio y solo por los pasillos del cuartel general de la Policía.
Nunca hizo mucha bulla, aunque eso no descarta que por lo bajo hiciera los “amarres” correspondientes para alcanzar esta importante posición.
El pasado jueves, Castro Castillo viajó al Este del país, para despedirse del pueblo que hoy lo reconoce como un policía que supo responder a las exigencias de esa región de mayor seguridad ciudadana. Ahora su compromiso es mayor. l
Dicen que Castro lee la biblia todas las mañanas
Castro Castillo tiene una larga carrera policial, que ha sabido aprovechar ocupando importantes posiciones de mando dentro de la institución. Cuentan que es muy creyente religioso, que comienza cada faena leyendo bien temprano algún versículo bíblico. Hay quienes aseguran que medita cada decisión antes de entrar en acción, lo que igual le confiere cierto liderazgo en los niveles de mando. Esta última condición se puso de manifiesto el mismo día en que fue juramentado, llamando al cuerpo de oficiales generales a unirse a una nueva gestión que está cargada de expectativas. La suerte está echada para la jefatura de Manuel Castro Castillo.
«Tenemos que romper con estos prejuicios para producir un cambio de cultura en la institución, porque si no hay un cambio de cultura difícilmente se produzca la reforma (policial)”.
«Abro los brazos, para todos los miembros de la Policía con posición de mando que se sientan compromisarios a trabajar por la reforma”.
Manuel Castro jefe de la Policía
El Caribe