Opinión
¿Es el Ministerio Público Inepto, Negligente o Cómplice?
Notice: Undefined variable: post in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Notice: Trying to get property 'ID' of non-object in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Por José Cabral
La verdad es que este órgano del Estado actúa en función de los tres elementos citados en la pregunta, porque la Procuraduría General de la República es recurrente en la formulación de acusaciones sin pruebas, pero no se sabe con exactitud cuál es la razón.
No se trata de que los imputados no sean responsables de la comisión de un hecho punible, sino que hay una gran cantidad de fiscales que dejan la impresión de que no están preparados para ocupar tan delicada posición.
En otros casos los fiscales no actúan porque en el Estado ya se ha creado una verdadera cultura de poco amor al trabajo y naturalmente el Ministerio Público no está al margen de esa terrible realidad.
El peor de los casos tiene que ver entonces con el soborno y la complicidad, variantes importantes de la corrupción generalizada que hoy arropa a toda la sociedad dominicana.
Es decir, que se dan las tres cosas, pero de lo que sí hay que estar seguro es que en los casos como el de Odebrecht y los Super Tucanos, entre otros, están íntimamente vinculados al manto de impunidad que se pueden ver en todos los estratos de la sociedad y el Estado dominicanos.
Sin embargo, el fenómeno parece ser mucho más grave en algunos lugares del territorio nacional, donde la ineptitud, la negligencia o la complicidad es prácticamente generalizada, como por ejemplo en el Distrito Judicial de Santiago.
La crisis de Santiago es tan grave que los fiscales defienden abiertamente a los delincuentes y se confabulan con ellos para perjudicar a las víctimas.
Los violadores de las leyes penales se pasan la mayor parte de su tiempo en un verdadero maridaje con los fiscales, jueces y alguaciles, cuyas consecuencias es la total desaparición del estado de derecho.
En el Distrito Judicial de Santiago no hay pruebas que valga cuando las mismas son depositadas en algunas de las unidades del Ministerio Público.
No hay forma de que se pueda identificar el ilícito penal y podría parecer que lo que predomina en los fiscales es la cultura de la vagancia y del cansancio que afecta a la sociedad y al Estado dominicano, pero la razón del fenómeno tiene más que ver con el soborno que genera una complicidad que hace que el miembro del Ministerio Público actúe sin importar la consecuencia.
La verdad que no parece fácil darle solución a un problema cuando es generalizado, esto así porque todos los fiscales tienen el mismo discurso de que en los casos no hay ilícitos penales y que en consecuencia se le debía dar seguimiento a través del derecho civil.
Se impone decir que el país está gravemente amenazado y que el que no quiera creerlo lo que debe hacer es solicitar a través de la Ley del derecho a la Información la cantidad de casos que son enviados a archivo definitivo por parte del Ministerio Público, como forma de favorecer a los victimarios en vez de a las víctimas.