El Misterio de la Investigación

Por José Cabral

En la República Dominicana las investigaciones que desarrolla el Ministerio Público en lo que respecta a los actos de corrupción en la administración pública siempre están llenas de una serie de preguntas sin respuestas.

En el caso del caso ODEBRECHT no son pocos los cuestionamientos sobre unas investigaciones llenas de deficiencias, ya que es como si se buscara cumplir con una agenda política, más que de justicia.

Son investigaciones viciadas, las cuales parecen ser una expresión fiel de un Ministerio Público seriamente comprometido con la parte más corrompida del Estado dominicano, precisamente porque es la que maneja mayor presupuesto, como lo es el Poder Ejecutivo, el cual tiene también la misión de designar al principal representante de la persecución del crimen y el delito.

Pero hay unas investigaciones que dejan mucho más que desear que otras, porque generalmente la supuesta voluntad política siempre tiene la tentación de obviar al aliado en la politiquería y a partir de ahí nunca hay culpables, sino perseguidos políticos, lo que al final se convierte en una razón más que suficiente para repartir impunidad.

El capítulo de la primera  novela del caso ODEBREHT avanza en el tiempo en  una investigación que sólo persigue y encarcela a aquellos que se han atrevido a estar del lado opuesto del príncipe, en este caso el presidente de la República.

Hay algunos que nadan muy bien en ambas aguas, es decir entre aquellos que rivalizan con el presidente y que al propio tiempo coquetean con su enemigo político, moviéndose entre dos puntos que al final no deja de sumergirlos en medio de una vorágine muy peligrosa.

La segunda novela se refiere al caso Supertucanos, en cuyo escenario aparecen una serie de actores que unos estarán más comprometidos que otros, pero que ningunos están libres de culpas, tanto es así que lo único que genera dudas son sus proclamadas inocencias, las cuales no sobrepasan un conjunto de palabras propias de cualquier novela de la vida real o de ciencia ficción.

Esta otra novela tiene actores favoritos y otros más castigados o despreciados, tal vez por la forma de concebir el guión, el cual llega a capítulos apasionantes, pero a otros profundamente decepcionantes, que generalmente de antemano se sabe cuál será el final.

En el caso de los Supertucanos, otra estafa vulgar en contra del Estado, los más beneficiados son aquellos que por accidente o por sagacidad política se han colocado en una curul en el Congreso Nacional, que no sólo les proporciona inmunidad, sino también el privilegio de congraciarse con el príncipe cuando de aprobar una nueva reelección presidencial se trata.

En el caso de Odebrecht, el Congreso Nacional ha tirado su manto de impunidad en favor de aquellos legisladores culpables de soborno, enriquecimiento ilícito, asociación de malhechores y lavado de activos.

En  el caso de los Supertucanos también los senadores y diputados tienen su cuota, ahora con el senador de la provincia de Salcedo, cuya responsabilidad con los mismos hechos del caso ODEBRECHT, pero en la nueva novela, donde las garras del Ministerio Público no ha podido llegar porque se trata de uno de los que levantó la mano para la pasada reelección del presidente Medina.

El senador Luís René Canaán todavía no ha sido ni interrogado con relación al caso de los Supertucanos a pesar de que incluso los propios comerciantes que tienen medidas de coerción fueron involucrados en el caso por él, ya que hasta vínculos familiares tienen.

Este legislador duerme tranquilo en su casa con los bolsillos llenos de dólares de una acción bochornosa, pero el Ministerio Público prefiere mirar para otro lado y propiciar que la segunda novela se desarrolle hasta agotar los capítulos que satisfagan las ansias de sus espectadores para procurar que algunos no tengan ninguna participación en la historia de ciencia ficción como una forma de liberarlos porque con ellos que se tienen deudas por haber levantado las manos cuando de la continuación en el poder se trata.

Ambas novelas, aunque tienen una gran cantidad de seguidores, carecen de la credibilidad para lograr el patrocinio principal, el cual tiene que ver con la confianza y la seguridad de la mayoría de la gente de que realmente se busca castigar a los culpables, a fin de sentar un precedente que ponga coto a un flagelo que hace sufrir a mucha gente que no recibe ningún apoyo del Estado.