BRUSELAS.- El Parlamento belga votará hoy el polémico proyecto de ley que autorizará la eutanasia infantil, tras un agrio debate en la Cámara de los Diputados y la insistencia de los democristianos valones y flamencos para que se suspendiera.
Los partidos políticos del arco parlamentario belga protagonizaron un áspero intercambio de impresiones en el que se cruzaron acusaciones de intentar utilizar políticamente el sufrimiento de los niños y de ignorar las recomendaciones de un grupo de pediatras, contrarios a despenalizar estas práctica.
«No entremos en el juego político ni instrumentalicemos el sufrimiento de los niños», pidió la diputada socialista francófona Karine Lalieux en su intervención, que desató inmediatamente un revuelo entre las filas de los cristianodemócratas francófonos del CdH, que pidieron aplazar el voto del proyecto de ley para tener más tiempo para considerarlo.
La diputada socialista aclaró que su comentario se refería, entre otros, a la prensa que se ha hecho eco del vídeo de una niña canadiense de cuatro años, supuestamente enferma del corazón, que suplica al rey de Bélgica que no refrende la medida porque quitaría la esperanza a menores en su situación.
Lalieux recalcó que casos como el de esta niña no se enmarcarían dentro del proyecto de ley belga, sujeto a unos supuestos muy concretos como que «el sufrimiento físico del niño sea insoportable y su muerte a corto plazo sea inevitable».
Recordó, además, que para autorizar la eutanasia será necesaria una autorización escrita de los padres y una evaluación psicológica que confirme la capacidad de discernimiento del menor.
Desde el CdH, la diputada Catherine Fonck protestó por la «falta de confianza en los profesionales», en referencia al caso omiso que se ha hecho, a su juicio, a un carta que un grupo de pediatras envió al presidente del Parlamento federal, André Flahaut, para pedir a los políticos que voten en contra de la medida.
«Le están pidiendo a los padres que firmen la muerte de sus propios hijos. Creo que es algo terrible», añadió Fonck.
La democristiana flamenca del CD&V, Sonja Becq, se sumó a la petición de sus homónimos francófonos al asegurar que «este proyecto no está listo para ser votado» y subrayar que «el texto debe ser adaptado y precisado».
La mayoría de los grupos políticos reconocieron que la eutanasia infantil es una cuestión dolorosa y cruel sobre la que nadie quiere decidir, pero coincidieron que es necesario hacer frente a esta realidad social y aseguraron que en Bélgica se ha reflexionado ampliamente sobre la medida.
«Cada uno es libre de decidir lo que para él significa morir dignamente y nadie debe juzgarle. Esta ley permite a la familia no eternizar el sufrimiento de un niño si lo desean», recalcó Lalieux.
El polémico proyecto de ley ya recibió el visto bueno del Senado belga en diciembre pasado gracias al apoyo de socialistas, liberales, ecologistas y los nacionalistas flamencos del N-VA, y tuvo la oposición de los cristianodemócratas (CdH y CD&V) y ultraderechistas flamencos del Vlaams Belang.
El objetivo de la modificación de la normativa, en vigor desde 2002 para los adultos, es permitir a niños y adolescentes optar a la eutanasia médica en supuestos muy restringidos, cuando padezcan un «sufrimiento físico insoportable y su muerte a corto plazo sea inevitable».
Desde el partido nacionalista flamenco N-VA, la diputada Sarah Smeyers, responsable de esta iniciativa en el Parlamento, adelantó que mañana votará a favor del proyecto de ley, pero afirmó que algunos de sus compañeros votarán en contra y aseguró que «le merece todo el respeto que puedan votar en conciencia».
Si los diputados belgas aprueban finalmente mañana este proyecto de ley, ya solo faltará que el rey Felipe refrende la medida, lo que convertirá a Bélgica en el segundo del mundo, después de Holanda, en permitir la eutanasia infantil.
En Europa, la eutanasia activa (con asistencia médica) está despenalizada, además de en Bélgica, en Holanda, Luxemburgo y Suiza.
La cifra de eutanasias practicadas en Bélgica alcanzó un récord histórico en 2012, con un total de 1.432 casos, un 25 % más que en el año precedente, según datos de la Comisión Federal de Control y de Evaluación de la Eutanasia.