De portada
Críticas del PLD contra el Gobierno no son éticas porque sus andanzas en el Estado le quita autoridad moral.
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A propósito del discurso del pasado 16 de agosto del presidente Luis Abinader, el Partido de la Liberación Dominicana se ha volcado en criticas en contra del Gobierno y lo menos que le ha dicho es que improvisa en la conducción de los destinos nacionales, lo cual tiene mucho de verdad, pero no le luce al PLD plantearlo por lo que ha sido su conducta en la administración de la cosa pública.
Desde el inicio del Gobierno de Abinader lo menos que se ha pensado es que el Estado le queda grande a él y al Partido Revolucionario Moderno, porque sus acciones los delatan y los proyectan como incapaces para sacar el país a un buen camino como resultado de su falta de formación, de planificación y de disciplina.
De manera, que si se pusieran en una balanza a ambos para ver quien conviene más al país, si los perremeístas desorganizados y también capaces de cometer cualquier travesura o los peledeístas pensantes y planificados, pero dispuestos a llevárselo todo para su casa, se podría decir que ambas corrientes son dañinas para un futuro promisorio para el país.
Ambas opciones constituyen un grave problema nacional, pese a que su comportamiento es parte de una cultura nacional no tan fácil de erradicar de la vida nacional y entonces es muy poco lo que hay en el país que se pueda sacar o excluir de esas andanzas pecaminosas.
Sin embargo, molesta hasta la sociedad que el PLD ahora quiera pontificar cuando tiene en las arcas o los bolsillos de sus dirigentes todo el dinero imaginable, lo cual ha impedido que la sociedad dominicana haya logrado un mayor crecimiento y desarrollo nacionales.
Por esto resulta hasta bochornoso ver a los que debían estar en las cárceles trazar pautas de moralidad y buen comportamiento, lo cual se constituye en inaceptable e indeseable, porque los peledeístas representan, sino lo peor, por lo menos una parte muy dañada de la sociedad dominicana.
El problema del país estriba en que todo parece indicar que todavía faltan muchos años y esfuerzos para producir cambios importantes en el orden de la moral y la ética, porque en la nación hay toda una generación de gente que cree en una acumulación originaria sobre la base de la corrupción y de lo mal hecho.
Por esta razón camaleones como los peledeístas tendrán larga vida en la República Dominicana, porque juegan con la inteligencia de los demás y muestran un comportamiento desde el Gobierno y otro muy diferente desde la oposición.
La doble moral de los partidos continúa su curso y los malos de ayer quieren ser los buenos de hoy, pero los delata la frase que dice por sus actos los conocéis, la cual encaja como el anillo al dedo a los exfuncionarios y ahora dirigentes otra vez del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).