Abinader recurre al mismo recurso de Leonel y Danilo de vender unos sueños y una bonanza que sólo existen en su cabeza.

La alocución del mandatario, que tuvo una duración de apróximadamente 51 minutos,  fue dedicado en su mayor parte a vender una serie de supuestas realizaciones que tienen un gran parecidos con los discursos  que pronunciaban  Leonel Fernández y de Danilo Medina.

En realidad, se trata de la misma pretensión oficial de hablar de una bonanza que la gente no percibe y que incluso la población siente estar en un paraíso inexistente.

El discurso del mandatario con su intervención ha perseguido hablar de una República Dominicana que está en mejores condiciones económica y social que cualquier otro país latinoamericano.

El presidente Abinader ha llevado también a la gente a recordar los discursos de los pasados mandatarios que  siempre estaban dedicados a promover unos sueños  que nadie entendía.