Washington.- El productor Harvey Weinstein, uno de los más conocidos y poderosos de Hollywood, se ha visto obligado este domingo a abandonar la compañía de cine independiente que fundó y catapultó a la gloria del Óscar debido a un escándalo por los acosos sexuales que supuestamente llevó a cabo durante décadas.
El consejo de administración de la compañía Weinstein decidió retirar al productor de la empresa, dejando el control del estudio cinematográfico en manos de su hermano, Bob Weinstein, y del director de operaciones David Glasser, según un comunicado emitido el domingo.
«A la luz de las nuevas informaciones sobre la mala conducta de Harvey Weinstein que han surgido en los últimos días, los directores de The Weinstein Company -Robert Weinstein, Lance Maerov, Richard Koenigsberg y Tarak Ben Ammar- han decidido la terminación del empleo de Harvey Weinstein con la compañía con efecto inmediato y así se le ha comunicado», reza el comunicado.
La carrera de Weinstein se ha visto sacudida por un devastador informe del diario The New York Times que documenta que durante décadas el productor alcanzó numerosos acuerdos extrajudiciales para poner fin a denuncias de acoso sexual entabladas por antiguas empleadas y asociadas suyas.
Entre ellas figuran acusaciones de abusos sexuales de la actriz Ashley Judd, conocida por la película «Frida» o la saga «Divergente».
Las acusaciones se remontan a la década de 1990, los días en que Weinstein estaba al frente de la productora Miramax, un estudio de cine independiente que era propiedad del gigante cinematográfico Walt Disney Co.
El pasado 5 de octubre New York Times destapó el escándalo, basado en «docenas» de testimonios de antiguos y actuales empleados de la empresa que no dudaron en dar detalles sobre el comportamiento de Weinstein.
Según el rotativo neoyorquino, Weinstein llegó a acuerdos extrajudiciales con al menos en ocho mujeres para resolver acusaciones de acoso sexual, incluido uno con la actriz Rose McGowan, que ha aparecido en películas como «Conan el bárbaro» o «Machete».
En un comunicado remitido al periódico, el productor admitió que su comportamiento pasado con sus compañeras de trabajo causó «mucho daño», por lo que pidió «perdón sinceramente» y «una segunda oportunidad».
«Aunque estoy tratando de mejorar, sé que tengo mucho camino por delante», reconoció también en ese comunicado Weinstein, que aseguró que lleva tratando de corregir su forma de actuar desde hace diez años mediante terapia.
El diario relata cómo, hace 20 años, Weinstein invitó a la actriz Ashley Judd al hotel Peninsula, en Beverly Hills (California), a lo que la actriz pensaba que sería una reunión de negocios.
A Judd la dirigieron a la habitación de Weinstein, donde el productor, vestido solo con una bata, le preguntó si quería un masaje en el cuello o si prefería verle mientras se duchaba.
En 2014, Weinstein invitó a Emily Nestor, una exempleada de su firma, The Weinstein Company, al mismo hotel que a Judd. Allí le dijo que si aceptaba sus favores sexuales avanzaría en su carrera.
Un año después, de nuevo en el Peninsula, una asistenta de Weinstein recibió la orden de dar un masaje al productor mientras se encontraba completamente desnudo, lo cual dejó a la mujer «llorando y desconsolada», según en informe del Times.
A través de su abogada, Lisa Bloom, que renunció este sábado, Weinstein aseguró entonces que muchas de las acusaciones son falsas y amenazó con demandar al periódico.
Además de Bloom, otros estrechos colaboradores habían abandonado al famoso productor en los últimos días, como su asesor Lanny Davis y un tercio del consejo directivo de la productora, que renunciaron el viernes.
Weinstein ha dejado su estampa en el cine gracias a películas como «Sexo, mentiras y cintas de vídeo,» «Pulp Fiction» y «El indomable Will Hunting», entre otras.