Si algo ha aprendido la esposa del Presidente de Estados Unidos, es el significado de la altura en la diplomacia, y se pasea por el mundo con agilidad y elegancia sobre unos tacones de 120 milímetros.
Hace unos días se celebró la cumbre del G7. El presidente de Francia, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron dieron la bienvenida en la cena de gala cena que tuvo lugar en Biarritz a los esposos Trump. Un detalle llamó la atención: los vertiginosos tacones Louboutin plateados, de 120 milímetros que eligió Melania Trump.
Antes la hemos visto pasear con modelos similares, que aunque nada tienen que ver con la comodidad, bien es cierto que aportan a elegancia a los atuendos de la Primera Dama, y cuando la vemos junto a otras esposas de grandes mandatarios se deja en evidencia su extraordinaria altura. El actual presidente de la República Francesa mide 1.77. Su esposa 1.69. Donald Trump mide 1.90 y su esposa casi 1.80.
Al ver a Brigitte Macron y a Melania Trump juntas era prácticamente imposible no fijarse en los zapatos plateados elegidos por la primera dama estadounidense para su encuentro con la homóloga francesa, que tuvo que subirse a un borde para poder comunicarse con ella de igual a igual.
Aunque Melania no camina un largo trayecto subida en estos zapatos, hay que reconocer su agilidad para llevarlos, ya que la inclinación del empeine, de cinco pulgadas, desafía la física y hace que mantener el equilibrio hasta detenida, sea un auténtica hazaña. No resbalar es el siguiente gran problema. La suela de los Loboutin es de un cuero rojo acharolado que tiene nula capacidad de agarre en superficies brillantes o escurridizas: incluso el asfalto pueden ser una auténtica pesadilla. Muchas mujeres les añaden a estos zapatos un material adherente a la suela para aumentar alguna tracción. Pero a Melania no le hace falta. Es capaz de moverse con soltura… ¡incluso sobre el cesped!.
Los zapatos Louboutin hablan un lenguaje que no todo el mundo comprende, pero que entienden perfectamente cierto tipo de damas (y caballeros). A ellos se dirige Melania. Una mujer que suele llevar zapatos de tacón de más de 500 euros comprende lo difícil que es ir siempre subida sobre unos Louboutin. Brigitte Macron, que es francesa y está acostumbrada a vestir lujo de la cabeza a los pies (su marca de cabecera es Louis Vuitton) sabe que Melania no solo la supera en altura: también en destreza subida en el calzado femenino y francés por excelencia.
¿Pero exista alguna una intención diplomática oculta en los zapatos de Melania?
A finales del siglo XVI, el Shah Abbas I, quien tenía la caballería más grande del mundo, fue en misión diplomática a Rusia, Noruega, Alemania y España para encontrar aliados contra su mayor enemigo, el Imperio Otomano. Él y todo sus hombres llevaban tacones: los usaban para aferrarse a los estribos de los caballos pero, colateralmente, les hacían parecer muchísimo más altos que el resto de hombres. Desde ese momento, los zapatos “de estilo persa” se pusieron de moda entre los aristócratas, que creían que así tenían una apariencia más viril y poderosa. Luis XIV de Francia, que medía 1,63, se ponía unos zapatos casi tan altos como los de Melania (10 centímetros) para sentirse grande.
En este contexto es bueno recordar que los tacones altos se empezaron a usar por cuestiones puramente políticas.
listindiario.com