Editorial
El Senado de la República, Manzana de la Discordia en el PRM.
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Todo el mundo sabe que Eduardo Estrella, que es el líder del Partido Dominicanos por el Cambio (DXC), ha ocupado la Presidencia del Senado porque esa ha sido la voluntad del presidente Luis Abinader, lo cual no hubiera sido posible si no fuera de esa manera.
Sin embargo, para la nueva legislatura que se escoge este próximo 16 de agosto ha surgido una oposición muy fuerte en contra de Eduardo Estrella, pese a que Abinader insiste en que éste siga en el cargo.
Podría que sea por los vínculos amistosos que existen entre ambos, más que por los acuerdos políticos que provienen de la pasada campaña electoral, lo cual plantea una situación de disgusto entre los senadores perremeistas.
La cuestión es que si Eduardo Estrella llegó a la Presidencia del Senado por la razón citada más arriba, pero lo cierto es que ahí se agrega el hecho de que ha servido de una forma incondicional a la política de endeudamiento del Gobierno.
Pero además se ha sumado a los funcionarios designados o electos que en el presente gobierno se dedican a violar la ley de libre acceso a la información pública, lo cual no habla muy bien de la ganada reputación de hombre serio que siempre ha tenido.
Eduardo Estrella es un político con muy poco apoyo electoral y si bien ganó abrumadoramente las elecciones en la provincia de Santiago por la circunstancia del momento, pero nadie, por ejemplo, le ve el carisma suficiente para ser un fuerte candidato presidencial.
De manera, que con la Presidencia del Senado Eduardo Estrella ha llegado a su techo en el campo político y todo indica que no saldrá de la mejor manera de esa posición, donde pudo exhibir una mejor conducta.
Este periódico entiende que Eduardo terminará sus funciones prácticamente arruinado políticamente, porque incluso se le atribuye manejarse con la misma doble moral de los que él criticaba antes de llegar al control de una parte importante del Estado.
Otro error de Eduardo Estrella fue buscar posiciones en la administración pública para algunos de sus familiares y amigos y olvidarse de la mayoría de los dirigentes y activistas de su partido, el Dominicanos por el Cambio.