Opinión
El show del shock y la salud a la deriva
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Por Narciso Isa Conde
Ahora, cuando ese sector presentó señales de colapso e hizo explosión escandalosa en el Hospital Infantil Robert Read Cabral -luego de exhibir por doquier sus harapos frente al dengue y la “chikun”- el flamante portavoz del presidente Medina comunicó compungido sobre la súbita “indignación” y “entrada en shock” del “primer mandatario”.
De esa manera espectacular se dio apertura a un gran show acerca de supuestos remedios a la crisis estructural del sistema de salud, sacrificando subalternos e improvisando algunos remiendos, que han sido acompañados de las clásicas nuevas designaciones de figuras “bonsai” (o golondrinas que no hacen verano), generalmente procedente del “gremialismo progre” o de ciertas izquierdas ablandadas.
- El sistema en crisis.
Desde el gobierno no se habla, claro está, de lo que ha significado el auge de la salud como negocio; mucho menos se plantea desprivatizar los hospitales privatizados bajo el eufemismo de una “autogestión” pagada por los usuarios a partir de la usurpación de una gran inversión estatal con dinero de los/as contribuyentes. Ni menos aun se asume la necesidad de revertir el gran negocio privado montado dentro de un sistema de seguridad social y de pensiones de puro corte neoliberal.
La gran e impune estafa de las ARS privadas no merece comentario oficial alguno. Igual la necesaria erradicación de ese sector parasitario.
Tampoco se hace referencia a las injustificables asignaciones presupuestarias -muy superiores a las que se destinan de los hospitales y centros públicos donde concurre la población empobrecida- a entidades de salud que operan como negocios o que son negocios privados.
Es claro como el capital privado se traga lo social y lo público en todo lo concerniente a la salud como derecho vital. Pero eso no le importa a la dictadura morada y a sus jefes, como no les importó a los cohollos blancos y colorados.
- Sigue el financiamiento ridículo y distorsionado.
En otro aspecto, en lugar de asumir el compromiso de elevar el presupuesto general del sistema (que apenas asciende al 1.2% del PBI, cuando debería ser bastante superior al recientemente asignado a educación), se recurre a otros “showcitos” tramposos como el simulacro en torno a los cofrecitos de los diputados/as. De seguro vendrán otros espectáculos más.
Y esto, claro está, sin tocar los privilegios mayores, las exenciones multimillonarias a magnates y corporaciones, las estafas de los privatizadores eléctricos y no eléctricos, las entidades estatales superpuestas, la hipertrofia burocrática, la nominillas clientelistas, el reparto a partidos corrompidos, el financiamiento de fundaciones de dudoso desempeño, las asignaciones presupuestarias a entidades educativas privadas, el presupuesto discrecional de la Presidencia, la voluminosa asignación al innecesario Despacho de la “Primera Dama”, la vertiente clientelar del llamado gabinete social y su convivencia con las ambiciones de la Vice-presidenta, los enormes gastos en publicidad gubernamental, la urgente recuperación de los bienes públicos robados…
Nada de eso. Solo remiendos de corto impacto, maniobras mediáticas y costosos trucos mediáticos, refrendado por una dictadura comunicacional, plagada de mentiras y medias verdades, esencialmente alienante y permanentemente sobornada.
- Nada de cambiar estructuras: solo pactos agripinosos.
De transformación, de instalación de un gran sistema nacional de salud de carácter social, que integre escalonada y armoniosamente los servicios de prevención, la atención primaria, los programas curativos de amplia cobertura, las atenciones especializadas y los programas de docencia e investigación… de atacar a fondo el degradado negocio privado en el campo de la salud y del derecho a la vida…no se habla ni una tantito.
Se habla –y no para variar- de la concertación de un nuevo pacto en materia de salud, de transitar hacia uno de los tantos pactos agripinosos que para nada o para muy poco han servido. Más largas al asunto, para acuerdos chuecos y papeles inservibles.
Soy de opinión que con esta dictadura de una clase, que incluso es capaz de decir que no hay salarios bajos, y con este tipo de dictadura política y de régimen corrompido y pervertido, no hay que caer en las trampas que significan esas propuestas de diálogos y pactos.
Ahora vale meterle presión desde abajo y desde fuera a este Estado, a este gobierno y a esta clase dominante, creando poder de calle, contra-poder popular; formando un gran bloque en favor del 5 % del PBI para la salud pública y por la transformación del sistema de salud, convirtiendo la indignación en esta vertiente en movilización, poniendo en aprieto y debilitando sus instituciones, cercándolas e ilegitimándolas… e imponiendo conquistas. Esto, articulado a otros grandes temas y bloques políticos sociales en luchas, como el de la Loma Miranda y la depredación minera, la impunidad, la cuestión salarial, la inseguridad ciudadana…
Pretender pactar con este gobierno en estas condiciones, equivale a enredarnos en las patas de sus caballos, contribuyendo a desmovilizar al pueblo.
El Colegio Medico Dominicano, los/as trabajadores/as de enfermería, el personal paramédico, las organizaciones que asumimos la defensa del derecho del pueblo a un sistema gratuito y de calidad, los movimiento sociales en luchas, debemos preservar nuestra independencia frente a Estado y empresarios, debemos confluir unidos/as en un plan de lucha y en un conjunto de demanda movilizadoras, entre ellas el 5% para la salud, que sitúen a los poderes responsables del colapso del sistema de salud, a la defensiva y posibilite arrancarles conquistas en dirección a un nuevo modelo y un proceso transformador.