De portada
La manoseada politización como justificación al crimen generalizado en el país del acoso y la violación sexual.
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El suspendido director del Instituto Agrario Dominicano (IAD), Leonardo Faña, fue enviado a la cárcel preventivamente mediante una medida de coerción de dos meses de prisión tras la victima de un supuesto acoso sexual denunciarlo tras el propio imputado haberla nombrado en el órgano oficial.
Lo más impresionante de este caso, cuya defensa principal del suspendido funcionario público es la utilización de una serie de recursos que no tienen nada que ver con las herramientas que otorga la justicia para que alguien que se considera inocente se defienda ante los tribunales, es el tremendismo del supuesto victimario.
Todo esto parece ser parte del teatro tremendista que exagera elementos que ni forman parte del tema de que se trata, porque no es que no hayan muchos peledeístas y perremeistas capaces de ponerse de acuerdo para causar daños en contra de cualquiera o del Estado, pero lo dicho por este político como que es algo que ni él mismo se cree su historia.
La realidad es que frente a un crimen tan grave como el acoso y violación sexual el victimario trate de desvirtuar las acusaciones mediante la invención de cualquier historia para distorsionar las investigaciones que podrían comprometerlo con los hechos.
Desde la ocurrencia de la denuncia este medio dejó claro que habían muchos indicios que no había forma de negar el acoso y la violación, porque lo narrado por la victima no deja dudas de que algo tuvo que haber ocurrido, porque esta mujer si algo puede tener con este suspendido funcionario público es agradecimiento por haberle dado un empleo en el Estado.
Hasta ahora todos los argumentos esgrimidos por Faña han sido en el marco extrajudicial, lo que empeora su caso, sobre todo porque los mismos no son creíbles y carecen de fundamentos, ya que no sólo se está frente a un asunto de acoso y violación sexual, sino también de una distorsión de unos acontecimientos realmente bochornosos.
En la fase en que se encuentra el proceso permite colegir que el Ministerio Público se dotó de algunas pruebas fehacientes adquiridas durante su rol de investigador y persecutor del delito y el crimen que le otorga el Estado.
Esas evidencias parecen que son el sustento para que el juez que ventiló el conocimiento de la medida de coerción y que envió a una prisión preventiva por dos meses a Najayo del suspendido funcionario del Partido Revolucionario Moderno (PRM), tienen la fuerza suficiente para que él sea encontrado culpable.
Es penoso ver como docenas de seguidores de Faña se han presentado a la parte frontal y en el interior del lugar donde se ha ventilado el juicio para decir todas las cosas que revelan hasta donde la gente está preparada en el país para que revictimicen a la victima y liberen de culpa al victimario.
Es importante recordar que en la República Dominicana para el acoso y la violación sexual cuando provenía de un personaje con influencias oficiales no había sanción, pero parece que las cosas ahora serán diferentes para bien de todo aquel que muchas veces hasta se negaba a denunciar o querellarse frente a este tipo de abuso.