LONDRES. El turco Ramil Guliyev acabó con el sueño del sudafricano Wayde Van Niekerk de seguir los pasos de Usain Bolt y Michael Johnson con su sorpresiva victoria en la final de 200 metros del Mundial de Londres-2017.
El turco, de 27 años, nacido en Azerbaiyán y que compite con su nuevo país desde 2011, evitó que el sudafricano lograra el doblete, después haber ganado el oro en los 400 metros.
Aunque Van Niekerk, que fue plata en la prueba de 200 metros, tras el turco, prefirió ser positivo.
“Al ganar la medalla de plata lo celebré más como algo en conjunto de este Mundial. Ganar dos medallas, creo que es fantástico para mi carrera y otro momento de alegría”, dijo el sudafricano.
Guliyev se impuso con un tiempo de 20.09, mientras que Van Niekerk fue plata con 20.11, siendo el bronce para Jereem Richards, de Trinidad y Tobago, también con 20.11.
El velocista turco sucede a Bolt, que había ganado la prueba de 200 metros en los cuatro últimos Mundiales, desde Berlín-2009.
El jamaicano, que se retira tras Londres-2017, decidió no participar en su prueba favorita de 200 metros, para centrar su esfuerzo en la especialidad reina de la velocidad, los 100 metros, donde solo fue tercero, además del relevo 4×100 metros.
Guliyev, que no estaba esta temporada entre los diez mejores del ránking de la distancia, tenía hasta ahora en su carrera una plata en el Campeonato de Europa de Ámsterdam el pasado año en 200 metros.
“Es el día más increíble de mi carrera. No pensaba nunca tener una recompensa tan grande”, declaró Guliyev, visiblemente contento por su triunfo.
“No fue una sorpresa”, señaló, sin embargo.
“Quería ganar y pensé que este año sería posible. Lo hice, creía en mí mismo”, explicó.
El botsuano Isaac Makwala, plusmarquista del año (19.77), el favorito del público, que se había ganado el cariño de los aficionados después de que la IAAF le impidiera correr en un principio por una enfermedad infecciosa, para después ser repescado permitiéndole correr en solitario y clasificar a semifinales y a la final, solo pudo ser sexto (20.44).
“Ha sido uno de los Mundiales más locos para mí. No creo que me vuelva a pasar algo parecido de nuevo. Rezaré para que no me vuelva a ocurrir”, dijo el botsuano.
“Antes de la carrera me sentí bien, pero en los últimos cincuenta metros estaba cansado”, añadió Makwala.
Para Van Nierkerk, esta plata tiene sabor a derrota, cuando era el favorito para ganar el doblete de títulos de 200 y 400 metros.
– Michael Johnson, único con doblete –
De este modo, el estadounidense Michael Johnson, que había sido desposeído el año pasado en Rio-2016 por Van Niekerk del récord del mundo de 400 metros, que tenía desde hacía 17 años, seguirá siendo el único atleta en haber logrado el doblete de las dos distancias, en el Mundial de Gotemburgo (Suecia) en 1995 y en los Juegos de Atlanta de 1996.
Van Niekerk también estaba etiquetado en este Mundial para ocupar el espacio mediático dejado por el jamaicano Usain Bolt, que se retira tras este Mundial, pero para ello tenía que lograr el doblete que no ha conseguido.
El sudafricano había ya creado dudas en semifinales de 200 metros.
Después de haber ganado el martes el oro de 400 metros, con un tiempo mediocre de 43,98, tuvo que recurrir a la repesca de tiempos en semifinales de 200 metros, donde terminó en tercera posición con 20.28, para certificar su pase a la final.
“La medalla es un alivio. Esta competición ha sido loca, con altos y bajos. Los días previos fueron difíciles con un tiempo muy frío”, resumió Van Nierkerk.
En las otras dos finales de la jornada brilló Estados Unidos.
En la prueba femenina de 400 metros vallas, las dos primeras posiciones fueron para las norteamericanas Kori Carter (53.07) y la campeona olímpica Dalilah Muhammad (53.50), que fue plata.
Por su parte, el también estadounidense Christian Taylor, vigente doble campeón olímpico de triple salto, sumó un tercer título mundial en esta disciplina (tras Daegu-2011 y Pekín-2015)