Por Olmedo Pineda
Madrid, España.- El politólogo Luis Columna Solano, se mostró preocupado por los signos de intolerancia y el lenguaje descompuesto que están utilizando algunos altos dirigentes de nuestra clase política en su lucha por el poder.
Se expresó en esos términos respecto al Doctor Guillermo Moreno, actual Presidente del Partido emergente “Alianza País”, quien obtuvo una ínfima votación en las pasadas elecciones presidenciales y sin embargo, ha tenido un protagonismo mediático en los medios de comunicación a raíz de su estrategia electoral de elegir al ex Presidente de la República Doctor Leonel Fernández como epicentro de sus ataques políticos.
Columna, recordó que a consecuencia de esto, el ex Vicepresidente de la República, Doctor Rafael Alburquerque, ha calificado al Doctor Guillermo Moreno como un cadáver insepulto.
El debate político, no debe descomponerse como precisamente le sucede a los cadáveres declaró Columna, al que también se le considera, uno de los mayores propulsores y exaltadores de la figura política del ex Presidente Fernández, no obstante, entiende que el Doctor Moreno, está jugando el papel histórico que le corresponde, aprovechando el vacío de poder que ha dejado el Partido Revolucionario Dominicano como rector de la oposición por sus problemas internos.
“Desde que existe la activa política en los distintos sistemas de producción que ha tenido la humanidad durante su desarrollo, el oportunismo, el arribismo, la traición y la cobardía, han sido herramientas de uso del poder de una clase en contra de otra, pero siempre se han guardado las formas”. Manifestó Columna.
Invitó al Doctor Alburquerque a retirar ese calificativo sobre la figura política del Doctor Guillermo Moreno y descartó de plano, la reacción de este último, de temer ser agredido físicamente argumentado fanatismo en los seguidores del Doctor Leonel Fernández. Esa es otra estrategia demagógica y electoral del Guillermo Moreno.
El Doctor Fernández, quien ha sido Presidente de la República en tres ocasiones, es percibido por unos y por otros, como una real amenaza para los intereses y aspiraciones presidenciales para el 2016 y advierte del peligro de extrapolar esa luchan a las instituciones de Estado, finalizó Columna.