La explotación de las riquezas naturales de los países del llamado tercer mundo está asociada a un asunto de colonización, porque las multinacionales llegan avaladas por los países de donde proceden, los cuales son generalmente de economías altamente desarrolladas.
En el caso concreto de la República Dominicana las multinacionales que explotan sus riquezas mineras tienen su origen en Estados Unidos y Canadá, principalmente.
Es importante que se entienda que el tema de la explotación minera depende de razones geopolíticas y de dominación que involucra el endeudamiento externo, lo cual quiere decir que el tema es bastante complicado, sobre todo si se analiza la actitud complaciente y tolerante de los gobernantes latinoamericanos.
Entonces es a partir del fenómeno de la colonización que se debe analizar el manejo dado a Loma Miranda, la cual constituye una riqueza natural que explotarla para sacar minerales sería un crimen de lesa humanidad.
Ahí está la explicación de que el tema se maneje con tanta tolerancia hacia a los intereses de la Falcombridge que busca explotarla y sin que haya una posición clara de las autoridades competentes, lo cual explica incluso lo dicho por el ministro de Medioambiente, Orlando Jorge Mera, de que analizaba el pedido de la multinacional.
Sin embargo, todo el mundo sabe que este funcionario no podía más que acogerse al fallo del Tribunal Constitucional y las investigaciones y decisiones del PNUD y la Academia de Ciencias de la Republica Dominicana, así como la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
La decisión no pudo ser otra, no rechazar el pedido de la multinacional de explotar los recursos mineros que están dentro del territorio de Loma Miranda, que es como condenar a muerte a los dominicanos, sino que ella se convenciera de que anhelaba algo de difícil aceptación por el pueblo dominicano.
La verdad es que se trató de otro gran reto para el Gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y el presidente Luis Abinader, cuyos comportamientos confirmaron sus incoherencias y falta de lealtad con la palabra empeñada, porque esta organización desde la oposición siempre planteó lo contrario de lo que ha sido su conducta ahora, lo cual permite recordar la famosa expresión de que una cosa es con guitarra y otra es con violín.
Debe advertirse que en el caso Loma Miranda no se admiten dobleces de las autoridades, porque la decisión del Gobierno no sólo tiene y tendrá un fuerte impacto en la salud, la economía, la vida social y el medioambiente, sino también en lo político.
Aunque, naturalmente, se sabe de más que a los políticos cualquier cosa les importa muy poco, sobre todo cuando ellos tienen el control del Estado, desde donde regularmente se dice y se hace exactamente lo contrario de cuando están en la oposición.
Ya no hay por qué dudar de las incoherencias y la falta de lealtad del PRM.