En la operación los agentes detuvieron a dos dominicanos y un ecuatoriano, de entre 30 y 45 años de edad, además de a un ciudadano español de origen turco, supuesto líder del grupo, todos ellos acusados de los delitos de tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.
En rueda de prensa, el ministro español de Interior, Juan Ignacio Zoido, destacó la importancia de esta operación y felicitó la “minuciosa y profesional” labor de los agentes, que hallaron la droga escondida entre 7.800 sacos de cemento en polvo en nueve contenedores en el Puerto de Barcelona.
En la operación, que sigue abierta, la Policía Nacional detuvo a cuatro de los supuestos narcotraficantes que habían importado la droga, del tipo ‘brown sugar’, procedente de Afganistán, que llegó a a Barcelona en contenedores que habían salido de Turquía.
El ministro elogió a los agentes, ya que han logrado evitar una “gran transacción” de heroína, detenido a cuatro supuestos narcotraficantes de “alto nivel”, sacar dinero negro de circulación y proteger la salud de muchos ciudadanos, algunos de los cuales “habrían incluso perdido la vida” si los 10 millones de dosis hubiesen circulado.
El destino de la droga era su venta en varios puntos de Barcelona, como narcopisos, así como en otras localidades catalanas, españolas y capitales europeas, según el ministro, que destacó que, al estar la droga escondida entre polvo de cemento, no pudo ser detectada ni por los escáneres del Puerto ni por los perros adiestrados de la Policía.
Por este motivo, tras tener constancia de que la droga se ocultaba en nueve contenedores que llevaban ocho días en el Puerto, los agentes fueron rajando uno a uno los 7.800 sacos con 25 kilos de cemento en polvo cada uno, hasta encontrar los que, ocultos al final de los contenedores, contenían la droga.
Además de la droga -el mayor alijo de heroína en una misma operación al menos en lo que llevamos de siglo, según destacó el ministro-, los agentes también intervinieron tres armas cortas, munición y cuatro vehículos, uno de ellos valorado en más de 100.000 euros, que había sido sustraído en Alemania.
La investigación se inició cuando agentes de la Policía Nacional detectaron una inminente transacción de 25 kilos de heroína en la localidad de Badalona (Barcelona) entre los dos sospechosos de origen dominicano y los otros dos detenidos, que eran los que tenían la droga en su poder.
A partir de ahí, los agentes establecieron un amplio dispositivo de seguimiento a los cuatro sospechosos, que permitió abortar la entrega de 25 kilos de heroína, que fueron decomisados.
Tras detener a los cuatro sospechosos, los agentes de la Policía localizaron otros 43 kilos de heroína de gran pureza, las armas cortas y munición en los registros domiciliarios.
Los agentes se centraron entonces en averiguar las conexiones de los arrestados y las personas que podrían estar al frente de la organización suministradora de la droga, lo que finalmente les llevó hasta los nueve contenedores que estaban en el Puerto de Barcelona, procedentes de Turquía.
Tras revisar la carga, los agentes encontraron ocultos en los sacos con un total de 185 toneladas de cemento en polvo 989 bolsas con 250 gramos de heroína cada una, lo que supone 263 kilos, que junto con los 25 intervenidos en Badalona y los 43 hallados en casa de los arrestados supone la cifra hasta ahora récord en España de 331 kilos, según el ministro.
Los detenidos tenían previsto trasladar esta droga a una nave industrial, donde se intervino documentación relevante para tratar de identificar al resto de integrantes de la organización, por lo que se puso esa información en conocimiento de Interpol y del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).